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Copyright Francisco José Del Río Sánchez 2008

miércoles, 30 de junio de 2010

Historias de amor

Hace tiempo un amigo me contó dos historias sobre relaciones de pareja que me parecieron muy esclarecedoras y hoy sin saber porque las he recordado y por eso voy a compartirlas

La primera historia es la de una pareja normal con una vida corriente, en la cual la rutina había sustituido la pasión por el tedio y el aburrimiento. La mujer pensaba que su marido ya no le prestaba atención porque no sentía nada por ella, así que trazo un plan. Se compró una peluca, se puso lentillas de un color diferente al de sus ojos, se maquilló exageradamente y se vistió de forma totalmente opuesta a como lo solía hacer. Esperó a su marido a la salida de su trabajo y se las arregló para llamar su atención e iniciar una conversación... todo terminó en una tórrida velada de amor en un hotel durante la cual sintió una pasión que ya no recordaba haber experimentado alguna vez.

Se las arreglo para volver a casa antes que su marido y le esperó como si hubiera estado allí todo el tiempo. Pero no pudo conciliar el sueño en toda la noche pensando que su marido le había sido infiel. Con mucho trabajo se levantó al día siguiente y para su sorpresa encontró una nota de su marido en la mesita de noche que decía: "Cuando quieras lo repetimos"...

La segunda historia versa sobre una mujer que se sentía muy desdichada con la relación que mantenía con su marido, no encontraba nada en él que despertará amor en ella y el parecía que se limitaba a estar con ella por costumbre. Un día comenzó a frecuentar un bar cercano, donde empezo a conocer a otros hombres y a divertirse con ellos. Sin pensarselo dos veces decidió abandonar su casa, pero pronto empezó a tener problemas de dinero y comenzó a pedir dinero a los hombres con los que se acostaba, a duras penas conseguía sobrevivir de esa manera. Pasados unos meses su marido apareció por el bar que ella frecuentaba y le pidió que volviera a casa. Ella resignada aceptó.

La vida continuó igual, pasarón los años cuidandose el uno al otro aunque no estuvieran enamorados, en los momentos dificiles estuvieron el uno al lado del otro y cuando el primero murió el otro decidió que también era hora de morir.

Quienes somos nosotros para juzgar las relaciones de otras personas, quienes somos para calificar la calidad de una relación. Acaso nos creemos Dios...

viernes, 18 de junio de 2010

¿Como puede la mente ser libre? por Krishnamurti

Para ser libre, debe no sólo ver y comprender su balanceo pendular entre el pasado y el futuro, sino también estar alerta al intervalo entre pensamientos (...).

Si observan con suma atención, verán que si bien la respuesta -el movimiento del pensar- parece tan rápida. hay resquicios, intervalos entre pensamientos. Entre dos pensamientos existe un periodo de silencio que no está relacionado con el proceso del pensar. Si observan, verán que ese periodo de silencio, ese intervalo, no es del tiempo; y el descubrimiento de ese intervalo lo libera a uno de su condicionamiento; o mejor dicho, no lo libera "a uno", sino que hay liberación respecto al condicionamiento (...). Sólo cuando la mente no da continuidad al pensamiento, cuando está quieta con una quietud no inducida, o sea, sin causa alguna, sólo entonces podemos liberarnos del trasfondo.

El juez interior


Cada vez que analizamos, que criticamos, que juzgamos, fortalecemos el juez interior, esa parte de nosotros que nos encadena al sufrimiento y nos aleja de la plenitud, de la felicidad...



Cada vez que nuestro juez interior se empequeñece hasta desaparecer, brota en nuestro interior el amor, la compasión, la piedad hacia todas las existencias... incluido nosostros mismos.


En el momento en que hacemos un analisis anulamos nuestro hemisferio derecho, donde reside la compasión, el amor incondicional. Si veo a un mendigo que lleva meses sin lavarse y percibo su olor, automaticamente lo califico como horroroso, en ese momento dejo de verlo como un igual, aunque nos obligemos a hacerlo, será una obligación que entrará en conflicto con el desagrado que produce el olor. Sin embargo si soy capaz de transceder mi analisis de lo que es agradable o desagradable veré ante mi una persona y nada más. No analizar no significa no actuar, cuando conduces tienes que analizar la información que recibes, pero necesitas calificarla?. Si ves un coche en una rotonda solo necesitas saber que es un coche y si anda o se para, pero no necesitas saber su marca, ni si te gusta o no, todo eso es un desperdicio que nos separa de la acción justa. Es dificil de explicar porque a mi mismo me cuesta entenderlo.