sábado, 24 de octubre de 2009

La libertad

Nos situamos delante del armario y escogemos la ropa que nos vamos a poner... y a eso lo llamamos libertad...

Nos situamos delante del televisor y escogemos el canal... o decidimos no tener tele... y a eso lo llamamos libertad...

Decidimos que comer, que comprar, que hacer con nuestro ocio... y a eso lo llamamos libertad.

Pero no puedo haber libertad sin transcender nuestro ego, sin conseguir equilibrar y fundir nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro espíritu, esa si que es la verdadera santísima trinidad.

Hay muchos métodos y sistemas para equilibrar y sanar mente y cuerpo, terapias, movimientos, sonidos, etc, etc, etc...

Pero no conozco ni entiendo, otro método para unir cuerpo, mente y espíritu; y permitir que la voluntad del cosmos, del cielo, de lo innombrable, de lo inconmensurable se exprese a través de nosotros, que sentarnos en silencio, inmóviles y desapegarnos de todo, empezando por nuestros pensamientos.

Y no lo digo yo, es el método usado y propagado por todos los grandes místicos de la historia de la humanidad, como San Juan de la cruz, Krishnarmuti, Buda, Lao Tse, etc, etc, etc.

Y que no se nos olvide que no se trata de destruir el ego, es una herramienta como pueden ser nuestras manos, y fijaros lo útiles y beneficiosas que son nuestras manos cuando las usamos para hacer sanaciones(Reiki), o para masaje o demostrar afecto. Pues lo mismo nuestro ego, que puede ser una magnífica herramienta si lo dominamos y no cuando es al revés.

Un buen ego transcendido a todos.

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