sábado, 5 de marzo de 2011

El trato: Una bajada a un infierno para sanarlo

Estas son las entradas que a mi más me gustan es que soy como un niño y me encanta meterme en problemas, aunque después me enfade jajaja. Podeís leerla como el relato de una experiencia real o como una licencia literaria, para nosotros es real como la vida misma.

Como otro día cualquiera, me senté a meditar; llevaba ya un tiempo sintiendo que había un espíritu oscuro observandome en la distancia, sin acercarse a mi. Al rato de estar meditando veo como un mono que se sienta detrás mia, es el oscuro, quiere llevarme a un sitio; como no me las pienso ya estoy allí con él. Es que no tengo remedio.

Estamos junto a una abertura en el techo de una cueva inmensa, en su interior veo infinidad de hogueras, junto a ellas innumerables oscuros con forma de demonio, sometiendo a terribles torturas a sus victimas una y otra vez, como un una cinta rayada.

Quería un trato, nos ayudaba a sanar ese infierno a cambio de poder entrar de nuevo en la rueda de reencarnaciones; me hizo sentir su enorme deseo de volver a sentirse dentro de un cuerpo humano, de volver a sentir la vida en la tierra. Ante eso le respondí que yo podía sanarlo a él pero que a mí no me correspondía decidir quien se reencarnaba y quien no.

En ese momento senti como bajaba junto a nosotros un gran ser de luz, agitando sus enormes alas blancas como la nieve, que resaltaban ostensiblemente entre tanta oscuridad a nuestro alrededor. Era A... el espíritu maestro, por llamarlo de alguna manera, que nos ayuda y guía en los trabajos difíciles, en los faciles nos basta con el apoyo y consejo de nuestros guías.

Le extendió un pergamino al oscuro, diciéndole que le permitirían encarnarse de nuevo, pero que ellos decidirían que vida sería, una en la que no pudiera causar mal a nadie aunque quisiera, omito la vida para no caer en generalizaciones absurdas. El oscuro extendió su pezuña, dejando una quemadura como firma en el pergamino.

Al momento volví a estar sobre mi cojín de meditación (Zafu), ahora al escribir esto me pregunto porque a mi nadie me preguntó si quería hacerlo, es que como decia el gran chavo del ocho, se aprovechan de mi nobleza, tanto los de carne y hueso como los etéreos, ya esta bien no!.

Bueno dejo de protestar y sigo con mi relato, deje pasar los días esperando el momento, dejando que me vinieran ideas de como realizar mi trabajo, hasta que una noche me dijo mi compañera que me habia visto en astral con los ojos verdes no queriendo saber nada de ella. Como sabía que el oscuro se había quedado unido a mi pues lo sentía observandolo me dije que igual aprovechaba por las noches para volver a sentir un cuerpo y entraba en mi, así que me dije que era el momento de hacer el trabajo; a pesar de que mi compañera no estaba mucho por la labor.

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