Al mediodía en mi interior, una marejada de emociones contradictorias...
Durante la tarde, mi barco, a duras penas logra mantenerse a flote...
Al atardecer la calma, retorna en le horizonte, a la espera de la nueva tormenta...
Después de cada nueva tempestad, aprendo a navegar mejor.
"Nunca mares tranquilos hicieron buenos marineros" Veronica Guelfo
domingo, 10 de abril de 2011
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