jueves, 24 de marzo de 2011

Hay un muro frente a ti, cada día la vida te da la oportunidad de saltarlo. Tienes las manos las rodillas desolladas de tanto intentarlo. Una y otra vez caes al suelo, a veces lo miras y se te parte el alma pensando que nunca podrás con él.
Te inunda la desolación pero siempre aparece algo que te hace recobrar la ilusión de intentarlo de nuevo. Sin embargo, es tan fácil... ese muro lo pusiste tu y tu puedes quitarlo.
El muro lo construimos a lo largo de nuestra vida, con buenos cimientos durante nuestra infancia, según nuestros planos de construcción kármicos.

Hasta que un día nos damos cuenta de que ya no podemos poner ni u...n ladrillo más en ese muro de las lamentaciones. Y nos toca deconstruir lo hecho y la vida es nuestra guía.

Evidentemente con la ayuda de una buena terapia y práctica espiritual, es decir de terapeutas serios y maestros podemos hacerlo con menor esfuerzo y sacrificio. Pero lo tenemos que hacer nosotros, ellos solo pueden darnos las herramientas.

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