Nos levantamos para empezar una nueva semana, dispuestos a cumplir con nuestras obligaciones, con mas o menos ganas, intentando que nuestra vida sea un poco mejor, intentando creer que lo que nos dicen es verdad...
Esforzandonos todavía por pensar que el mundo lo dirigen personas que intentan hacer lo mejor para todos, escuchamos lo que dice falsimedia, que han matado a Bin Laden y a partir de ahora el mundo es mejor, que para salir de la crisis es necesario que los de abajo se aprienten el cinturón, aunque la hayan causado los que acumulan el poder y el capital para acumular más poder y capital, que en Libia hay una revolución, cuando es una jugada imperialista de occidente para quitarse un grano que les molestaba, que Obama es merecedor del Nobel de la paz, aunque tenga más tropas en más guerras que ningún otro presidente, que en irak había armas de destrucción masiva, cuando lo único que lees interesaba era su petroleo, que el 11-s se planifico por un tio con barba desde una cueva en unas remotas montañas, por lo visto tiraron las torres con tirachinas, cuando cualquier ingeniero/arquitecto que haya estudiado el tema te dirá que fue una demolición controlada, etc, etc, etc...
Nos engañamos igual que nos engañan ellos, intentamos ser mejores personas, pero no dejamos de caer en nuestras pulsiones egoistas, un mundo egoista lleno de seres egoistas, que creen que su forma de ver el mundo es la mejor, la adecuada, su forma de hacer las cosas es la más valida, e intentan imponersela a los demás, eso entre los de buen corazón, después están los de corazón negro, como nuestros dirigentes, que solo piensan en su beneficio sin importarle lo más minimo sus consecuendias, ni lo que le pase a los demás. Dominados por una elite que se perpetua desde hace siglos con la única finalidad de acumular el mayor poder posible en todo momento.
Una esperanza en cada uno de nosotros; distanciarnos de nuestras creencias, de nuestras ideas, de nuestras formas de hacer las cosas y dejar sitio al silencio, a no tener opinión, a no hacer, a no querer explicarle al otro nuestra verdad, para que pueda germinar lo único que en está vida merece la pena: el amor incondicional a nosotros mismos y al projimo.
Mientras tanto seguiremos balando como borregos, esperando el maná que caera del cielo...
La realidad de lo que ocurre a nuestro alrededor es tan impresionante que cuando la descubres te entran ganas de volver a cerrar los ojos...
ResponderEliminarPasé un tiempo mirando el cielo, viendo cómo lo ensuciaban con chemtrails. Haciéndome consciente de que para alguien en algún lugar del mundo sólo era una esclava al servicio del sistema o de él mismo.
Pero hay muchas cosas que no me pueden robar. Y, como me dijo mi guía: "Ve a lo pequeño, al día a día. Sonríe a quien se cruza en tu camino. Tiende la mano a tu hermano"
Y en eso estoy.
Cada vez hay más gente despierta en el mundo. El velo se ha rasgado, ya no hay vuelta atrás.
Los grupos de gente que trabajan para elevar su vibración se multiplican.
Los que cuentan las mentiras del mundo se expanden en la web.
Creéme, incluso en los círculos en que me muevo, muy, muy alejados de movimientos espirituales, hay gente que despierta.
Besos.
Paz