Ser médium, como muy bien dicho
antes, es ser medio o expresión de la voluntad del cielo, de la divinidad. La expresión
de esa voluntad es la compasión, el amor incondicional, en definitiva la ayuda
al prójimo, pero sin olvidarnos de nosotros mismos, con la finalidad de
encontrar en nuestro interior el Dios que todos llevamos dentro y hacerlo
brillar y conectar con todo lo que nos rodea. Por tanto un médium tienen una
gran responsabilidad, usar y desarrollar plenamente sus facultades para llevar
luz a todas las personas y seres que se le acerquen, independientemente de su
naturaleza y condición. Pero ese trabajo empieza por nosotros mismos, debiendo
iluminar nuestras zonas oscuras, en palabras del zen: “Iluminando nuestras
ilusiones”; para así poder brillar con más intensidad y ser mejor expresión de
la divinidad en la tierra.
Como muy bien representa el mito de
la caverna, a más luz más oscuridad. Este poema del gran maestro zen Kodo Sawaki (S. XX) es muy claro al respecto:
“La oscuridad de la sombra de los pinos,
Depende de la claridad de la luz de la luna.”
Evidentemente las facultades
psíquicas no las hemos recibido para beneficiarnos de ellas perjudicando a los
demás, vulnerando su libre albedrio, y por supuesto bajo ningún concepto para
enviarles energía negativa para causarles mal, como mal de ojo o magia negra (Y
si señores, aunque tenga que repetirlo hasta la saciedad, los amarres son
autentica magia negra y una grave vulneración del libre albedrio del otro).
Es un tema complejo porque a veces
aunque sepamos cosas de otra persona, por medio de la videncia, debemos tener
cuidado de si esa persona está preparada para escucharlo. El principio de
precaución es muy importante en nuestro trabajo como médium, no debemos creer
que por recibir cosas del cielo podemos soltarlas indiscriminadamente, ni mucho
menos utilizarlas como información privilegiada. Solo debemos acudir y prestar
ayuda cuando se nos solicite, responder solo a las preguntas que se nos
planteen, y aunque es difícil, aprender a observar y no intervenir cuando no se
nos solicite ayude, aún teniendo la certeza de que podemos ayudar. Es un
principio fundamental para cualquier persona, pero sobre todo para un médium EL NO INTERVENIR NI MODIFICAR EL CAMINO
ESPIRITUAL DE OTRA PERSONA.
En relación a esto me gustaría
comentar que en el Reiki se enseña a enviar luz a distancia a personas que
pueden no haberlo solicitado, con la salvedad de que se pida permiso al cielo
para ello y que la luz se envié para lo que la persona necesite. No tengo nada
que objetar a eso, ni creo que vaya en contra de lo que acabo de escribir; de
hecho yo también hago sanaciones a distancia, distintas de la técnica Reiki, a
personas que no me lo han solicitado o desconocen que pueda hacerlo y uso la
misma forma. Es curioso que siempre pido permiso cuando voy a realizar algún
trabajo esotérico y ya me han dicho que no hace falta que lo pida, que ya mis
guías me harán saber cuando no tengo que realizarlo; de hecho alguna vez he
visto alguna mano de alto al trabajar o mi compañera ha escuchado un no muy
claro. Mientras no estéis seguros de vuestra comunicación con los guías os
recomiendo que pidáis permiso, yo sigo haciéndolo por respeto pero también por
costumbre.
La responsabilidad de un médium es
usar sus facultades en la ayuda al prójimo y a sí mismo, desarrollarlas
adecuadamente, no negándolas y actuando siempre con autentica compasión,
iniciando un camino de transcendencia de su ego, es decir de las
características traumáticas de su personalidad para convertirse es una
expresión lo más pura posible del cielo en la tierra, de la obra divina.
Esto, en absoluto, es incompatible
con cobrar por el desempeño de sus facultades, siempre que sea de forma
honesta, justa y proporcionada. Para mi tan valido es el que lo hace de forma
gratuita como el que cobra por ello, creo que tan malo es no cobrar esperando
recibir reconocimiento o para llenar nuestras carencias afectivas, como cobrar
con la intención única de lucrarse. En estos temas la moral judeo cristiana y
su obsesiva y neurótica insistencia en la culpa hace más daño que bien.
3 comentarios:
Totalmente de acuerdo, la verdad es que comparto tu forma de pensar, es bueno poder compartir ideas de este tipo con alquien mas, un fuerte abrazo...
Me alegra que lo sientas así y que me muestres tu apoyo. Gracias
Como consigo si mail?
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