lunes, 3 de octubre de 2011

Matar un demonio. El Chaman satánico II

Como decía en la entrada "El Chaman satánico", había un demonio bastante poderoso que reinaba en su infierno particualar habitado por numerosos oscuros y que al haber eliminado nosotros la capacidad del chaman de causar el mal, siendo este uno de sus protegidos; nos enviába negatividad, amenazandonos continuamente. Así que al día siguiente entendí que no quedaba más remedio que enzarzarnos en otra batalla de esa guerra contra el mal que no podemos ganar.

Recibiriamos ayuda del cielo como siempre, pero está vez era más arriesgado pues teniamos que ser la cabeza de puente de las fuerzas del cielo. Después de tomar aliento, nos depositaron en el centro de la cueva que les servía de infierno, la densidad de la oscuridad era tal que nos podiamos ver nada a nuestro alrededor. A Cris le costaba trabajo respirar. No podiamos demorarnos más era hora de comenzar.

Con ayuda de los cuencos y de nuestra luz creamos un area luz, libre de oscuridad a nuestro alrededor; comenzarón a bajar guardianes y angeles, situandose junto a nosotros. El Demonio estaba frente a nosotros en un trono, inmutable, los oscuros se dirigían hacia nosotros; ampliamos el campo de luz, para
mantenerlos a distancia, en ese momento los espíritus perdidos que estaban esclavizados empezaron a liberarse ascendiendo hacía el cielo.

Mientras Cris mantenía el circulo de luz para mantener a raya a los oscuros y con la ayuda de los guardianes les enviaba luz para sanarlos; a mi me tocaba bailar con la más fea. Me dirijí hacia el demonio e intente hacerlo entrar en razones por las buenas, mientras detras mía un arcangel me daba su luz; no parecía entrar en razones y yo me demoraba en hacer lo que tenía que hacer. El círculo de luz comenzaba a debilitarse y los guardianes empezaron a tener que luchar con los oscuros.

El arcángel decidió que era hora de acabar con aquello; tomandome por el brazo que empuñaba mi espada de luz acabó con el demonio. En ese momento la luz lleno todo el espacio y termino de sanar al resto de oscuros.

Sobre el suelo de la cueva yacían cinco guardianes muertos, bajo un espíritu muy elevado y dijo que aquello no debía haber pasado, mientras les daba amor, sus compañeros recogían sus restos con honor. Nos dijo que teniamos que tener más confianza para evitar cosas de ese tipo. Me sentía culpable.

Cris la interrogo sobre si los espíritus morian para siempre, a lo que ella le contesto que su esencia se mantiene, es indestructible, que les darían amor hasta que se recuperaran de nuevo. La esencia del demonio sería confinada para que nunca más volviéra a regenerarse.

No era un consuelo para mi, estaba turbado, consternado; otras veces había visto morir espíritus guardianes ayudandonos en nuestro trabajo, pero nunca como en ese momento me había sentido culpable por mi dilación. Eche a llorar, debía comprender mejor lo que implica la compasión...







No hay comentarios:

Publicar un comentario