Nos situamos delante del televisor y escogemos el canal... o decidimos no tener tele... y a eso lo llamamos libertad...
Decidimos que comer, que comprar, que hacer con nuestro ocio... y a eso lo llamamos libertad.
Pero no puedo haber libertad sin transcender nuestro ego, sin conseguir equilibrar y fundir nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro espíritu, esa si que es la verdadera santísima trinidad.
Hay muchos métodos y sistemas para equilibrar y sanar mente y cuerpo, terapias, movimientos, sonidos, etc, etc, etc...
Pero no conozco ni entiendo, otro método para unir cuerpo, mente y espíritu; y permitir que la voluntad del cosmos, del cielo, de lo innombrable, de lo inconmensurable se exprese a través de nosotros, que sentarnos en silencio, inmóviles y desapegarnos de todo, empezando por nuestros pensamientos.
Y no lo digo yo, es el método usado y propagado por todos los grandes místicos de la historia de la humanidad, como San Juan de la cruz, Krishnarmuti, Buda, Lao Tse, etc, etc, etc.
Y que no se nos olvide que no se trata de destruir el ego, es una herramienta como pueden ser nuestras manos, y fijaros lo útiles y beneficiosas que son nuestras manos cuando las usamos para hacer sanaciones(Reiki), o para masaje o demostrar afecto. Pues lo mismo nuestro ego, que puede ser una magnífica herramienta si lo dominamos y no cuando es al revés.
Un buen ego transcendido a todos.