sábado, 15 de diciembre de 2012
Ejercicio de protección para médiums en Audio
Sencillo ejerccio de protección para Médiums en este enlace:
miércoles, 12 de diciembre de 2012
Como sentir tu propia luz. Ahora disponible en audio
El ejercicio para aprender a sentir tu propia luz ahora puedes descargartelo en mp3 para poder realizarlo como una meditación guiada en este enlace
domingo, 9 de diciembre de 2012
Moral, ley, karma.
Como seres humanos estamos dotados de cuerpo, mente y espíritu; cada uno con sus requerimientos, sus necesidades, sus condicionantes y sus interrelaciones con el resto de seres, ya sean humanos o no.
Donde más surge el conflicto, o donde más se hace evidente, en nuestro día a día, es con respecto al resto de seres humanos; por estar el resto de seres en una posición de sumisión o debilidad con respecto a nosotros.
Como sociedades nos dotamos de normas morales y de leyes para garantizar la convivencia, aunque en realidad amparen mecanismos ocultos de poder de las clases dominantes; pero eso es otro tema. Las leyes surgen de nuestras necesidades corporales e intelectuales, de su influjo para garantizarnos la supervivencia y una convivencia lo más pacífica y justa posible. De nuestras necesidades espirituales y emocionales surge la moral como una guía para escapar del sufrimiento y de la desazón del desconocimiento del sentido de la vida.
Y del espíritu surgen las necesidades del karma y sus condicionamientos. Como una fuerza que nos empuja en una búsqueda de algo que no llegamos a comprender porque está fuera de nuestro comprendimiento.
Moral, ley y karma son instrumentos, no fines en si mismo, de nuestra expresión humana y de nuestro desenvolvimiento en la vida pero no son sinónimos de justicia, compasión o amor; valores que sólo podremos encontrar más allá de nuestro yo, de nuestra transcendencia y como fruto de la fusión de nuestra triple existencia, corporal, mental y espiritual.
La justicia no tiene nada que ver con las leyes, la compasión no entiende de moralidad y el amor desconoce al karma.
Donde más surge el conflicto, o donde más se hace evidente, en nuestro día a día, es con respecto al resto de seres humanos; por estar el resto de seres en una posición de sumisión o debilidad con respecto a nosotros.
Como sociedades nos dotamos de normas morales y de leyes para garantizar la convivencia, aunque en realidad amparen mecanismos ocultos de poder de las clases dominantes; pero eso es otro tema. Las leyes surgen de nuestras necesidades corporales e intelectuales, de su influjo para garantizarnos la supervivencia y una convivencia lo más pacífica y justa posible. De nuestras necesidades espirituales y emocionales surge la moral como una guía para escapar del sufrimiento y de la desazón del desconocimiento del sentido de la vida.
Y del espíritu surgen las necesidades del karma y sus condicionamientos. Como una fuerza que nos empuja en una búsqueda de algo que no llegamos a comprender porque está fuera de nuestro comprendimiento.
Moral, ley y karma son instrumentos, no fines en si mismo, de nuestra expresión humana y de nuestro desenvolvimiento en la vida pero no son sinónimos de justicia, compasión o amor; valores que sólo podremos encontrar más allá de nuestro yo, de nuestra transcendencia y como fruto de la fusión de nuestra triple existencia, corporal, mental y espiritual.
La justicia no tiene nada que ver con las leyes, la compasión no entiende de moralidad y el amor desconoce al karma.
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