Esta
actividad colectiva, dirigida a conocernos a nosotros mismos, la realizaremos con una duración no superior a una hora. Si una
botella está llena no podemos añadir nada más, al igual si nuestra mente
está llena de pensamientos, de ruido mental, no podremos escuchar
nuestra voz interior, nuestra intuición, ni encontrar la guía que tanto
anhelamos. Para poder acceder a nuestra propia sabiduría es necesario
cultivar el silencio, encontrar la luz entre nuestros pensamientos y
preocupaciones constantes. A muchas personas les cuesta sentarse e
intentar calmarse, para ello al principio haré unos pases con los
cuencos a cada persona para ayudarles a relajarse y poder calmarse con
mayor facilidad, para a continuación permanecer en silencio sólo
interrumpido por los armónicos de los cuencos tibetanos, por sencillas
indicaciones para profundizar en el silencio interior y por enseñanzas
que pueda recibir.
El silencio se encuentra en el espacio entre pensamientos, en el silencio podemos escuchar la música del universo.
Zazen (Contemplación sentada), postura del despertar
El secreto de la flor de oro
Pensar... no pensar
El secreto de la flor de oro
Pensar... no pensar
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