El amor, la caricia de tus manos.
El deseo, el sonido de tus pies descalzos.
La pasión, la alegría de tu risa.
La esperanza, el florecer de tu sonrisa.
Abres los ojos y amanece,
resplandeces anunciando cada nuevo día.
Aunque la decepción lo arrasa todo con su lava,
la ilusión germina, siempre, de nuevo en el baldío.
Abre los ojos niña, abre las manos, abre el corazón.
Ama y aleja la sombra del dolor.
A Julieta.
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