Esta vida la recordé durante una regresión que me realizo Mariat, profesora del curso de Terapia Regresiva, ante el resto de alumnos del mismo. Preguntado por el tema que quería tratar le propongo mi tendencia a anteponer las necesidades de los demas a las mías, ella discrepa y me argumenta que esa es una buena actitud, a lo que yo le respondo que siempre que no termine anulando por completo las necesidades emocionales y espirituales de la persona. Finalmente accede aunque no convencida del todo.
"Vivo en una casa en el bosque, con mis padres y hermanos, soy adolescente. La mayor parte del tiempo la paso con mi madre recorriendo el bosque, conociendo sus secretos, me enseña el lenguaje de las plantas, de los animales, de las piedras; en cada momento se lo que ocurre en el bosque, donde encontrar el alimento, las plantas que curan, puedo palpar el estado de animo de cada ser, el estado de animo del bosque. Mi comunión con mi madre es total, no necesitamos hablar, solo con mirarnos y escasos gestos nos comunicamos.
Una noche en lo profundo del bosque escucho el ulular de un buho, comprendo, es el momento de partir, miro a mi madre y ella asiente, volvemos a la casa y al dia siguiente me marcho para siempre. Puedo sentir la tristeza de mi padre, le hubiera gustado que fuera cazador como él, mis hermanos más pequeños que yo, apenas se fijan en mi abstraidos en sus juegos.
Vago por el inmenso bosque durante un tiempo, unido a todo, no tengo problemas para mi sustento, no existe ni felicidad ni pena, ni preocupación, tan solo es fluir con el bosque, una pieza más del engranaje de la naturaleza. (Mariat me pregunta como es sentirse unido con todo, no puedo explicarlo con palabras, es una realidad no expresable).
Pasa el tiempo, habito en una cabaña, de un pueblo cercano viene cada cierto tiempo un hombre a recoger plantas y preparados medicinales, a cambio me entrega alimentos, envuelto en telas me trae algo que despierta en mi un gran interes, es un pan enorme, es mi único lujo en mi alimentación sobria a base de raices, frutos del bosque, plantas silvestres y hortalizas del pueblo.
A veces tomo unos hongos que recolecto, cuando lo hago abandono mi cuerpo y vuelo, me elevo hacia el cielo, junto a las estrellas, hasta que esos infinitos puntos de luz cobran vida y se mueven y se relacionan entre ellos, escucho sus conversaciones, contemplo como es su existencia. Un día me hablan, me dicen que tengo que abrirme a los demás, mezclarme con ellos.
Al día siguiente desciendo hacia el poblado, al llegar me dirijo a la plaza y me siento alli en el suelo, cubierto de andrajos. Algunos se acercan, comienzo a hablarles, me toman por loco, incluso algunos niños me tiran piedras, son estupidos e ignorantes no entienden el funcionamiento de la vida. Tras unas horas aparece el hombre que viene a visitarme a la cabaña, incredulo me pregunta que hago allí a la vez que se ocupa de que dejen de molestarme. No le contesto me levanto y vuelvo a mi lugar, al bosque.
Al tiempo aparece con otro hombre en mi cabaña, me dice que esta interesado en mis conocimientos de las plantas, viste de forma extraña, chaqueta negra con dos grandes tiras blancas bajo la garganta, pantalon negro hasta por debajo de las rodillas con calcetines blancos y zapatos tambien negros, luce un sombrero negro en forma de cono cortado con amplia ala redonda.
Le permito permanecer conmigo pues muestra verdadero interés y respeta mis conocimientos, lo apunta todo, pasea conmigo y le voy desvelando mis secretos. Un día le hablo de mis hongos, muestra un interés excesivo, no me gusta, insiste una y otra vez en conocer sus efectos, quiero experimentarlos el mismo; finalmente acepto.
Despues de tomarlo le hago que se tumbe en la mesa, observo; de pronto comienza a convulsionarse, algo va mal, son los mismos que tomo yo pero a él le provocan una mala reacción, contemplo su agonia en silencio. Me quedo allí contemplando su cadaver sobre la mesa, unos días después llega el hombre del poblado, y nos encuentra igual, el cadaver descomponiendose y yo observandolo sentado.
A los días vuelve con soldados, me llevan... Me balanceo, colgado del cuello, en la plaza del pueblo, mientras los aldeanos dan vitores. ( Empiezo a retorcerme en la camilla, a toser y no puedo hablar, Mariat, preocupada, me pregunta insistentemente que me pasa, a duras penas consigo decir que me ahorcan, me hace avanzar para que no reviva tan intensamente la agonia, al no haberseme roto el cuello, esta es bastante larga).
Abandono mi cuerpo y vuelo sobre los aldeanos, observo a esos ignorantes mientras me elevo hacia la luz. Descanso. (Al salir del trance tengo un intenso dolor de garganta y estoy afónico, alguien me da una pastilla para chupar y puedo empezar a hablar mejor).
martes, 14 de septiembre de 2010
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Sanación de casas y espacios físicos
He comenzado una nueva actividad consistente en la limpieza energética de casas, para ello utilizo la vibración de los cuencos tibetanos, luz divina y apoyo espiritual y emocional a la persona principal de la casa.
Normalmente en las casas se suelen acumular bolsas de energías negativas, producto de los malos rollos, los conflictos y las situaciones de mucho sufrimiento. Estos acúmulos de energía negativa perduran en el tiempo, además de ir creciendo conforme se vivencian nuevas situaciones conflictivas, y van cargando negativamente nuestras casas, influyendo en nuestro estado de animo y disminuyendo nuestra calidad de vida.
Además si la persona o personas que habitan en la casa son sensibles o tienen facultades psíquicas (médiums), lo que suele ser más frecuente de lo habitual, aparecerán en la casa espíritus errantes en busca de ayuda e incluso, en el peor de los casos, espíritus oscuros. Ambos parasitan la energia de las personas que viven en la casa y, en el caso de los oscuros, se esforzarán en fomentar discordias y ampliar los conflictos de las personas que alli residen.
La limpieza de las energías negativas y espíritus perdidos no suele presentar problemas, pero en el caso de espíritus que estén vinculados a algún residente es necesario que esa persona lo sane y lo envie a la luz, por lo que la limpieza se convierte también en uan formación de la persona para que en un futuro pueda ella desembarazarse de visitas no deseadas.
Normalmente en las casas se suelen acumular bolsas de energías negativas, producto de los malos rollos, los conflictos y las situaciones de mucho sufrimiento. Estos acúmulos de energía negativa perduran en el tiempo, además de ir creciendo conforme se vivencian nuevas situaciones conflictivas, y van cargando negativamente nuestras casas, influyendo en nuestro estado de animo y disminuyendo nuestra calidad de vida.
Además si la persona o personas que habitan en la casa son sensibles o tienen facultades psíquicas (médiums), lo que suele ser más frecuente de lo habitual, aparecerán en la casa espíritus errantes en busca de ayuda e incluso, en el peor de los casos, espíritus oscuros. Ambos parasitan la energia de las personas que viven en la casa y, en el caso de los oscuros, se esforzarán en fomentar discordias y ampliar los conflictos de las personas que alli residen.
La limpieza de las energías negativas y espíritus perdidos no suele presentar problemas, pero en el caso de espíritus que estén vinculados a algún residente es necesario que esa persona lo sane y lo envie a la luz, por lo que la limpieza se convierte también en uan formación de la persona para que en un futuro pueda ella desembarazarse de visitas no deseadas.
sábado, 21 de agosto de 2010
El sanador
Al norte de Nueva Francia... soy un joven clerigo en una aldea, apenas un diseminado de casas rodeadas de extensos bosques.
Ansioso ojeo un libro con grabados demoníacos... es un tratado de brujería. En las afueras del poblado vive una joven mulata que realiza prácticas prohibidas...
Le conmino a desechar sus prácticas; despectivamente me expulsa de su triste cabaña... Esa joven es tan hermosa que por un momento parece que me han hechizado sus ojos.
Convenzo a varios hombres del poblado para que me ayuden, pero cuando entramos en la cabaña se quedan petrificados, es como si los embrujara con su mirada. Mientras la increpo y le vuelvo a conminar para que abandone las artes de Satan, yo también comienzo a hechizarme con su mirada, me parece la criatura más hermosa sobre la tierra. Consigo reponerme y forcejeo con ella, amenazandola con detenerla si no cesa en sus prácticas. Con agilidad felina consigue zafarse y huye al bosque, a la profundidad del oscuro bosque.
La sigo buscando durante días pues me llegan noticias de que prosigue con sus malas artes, pero es en vano, conoce cada rincón del inmenso bosque y no encontramos ninguna pista.
Pero una noche se presenta de madrugada en mi casa, se introduce en mi dormitorio y se desnuda ante mi; su cuerpo propio de una escultura de la antigua grecia, su tono de piel casi ebano, sus ojos brillantes me cautivan y no puedo resistirme, mientras me besa y me acaricia se enciende en mi el fuego de una pasión no antes conocida. Hacemos el amor durante toda la noche y ella se regocija en hacerme participar de prácticas sexuales prohibidas, es como si mi sentido estuviera nublado y solo pudiera actuar bajo su dictado, bajo sus desesos.
Sus visitas nocturnas se suceden noche trás noche, mientras por el día me esfuerzo en atraparla para que reciba su castigo, durante la noche me dejo llevar por la locura de dejarme arrastrar por el deseo carnal más salvaje y me entrego a todas sus perversiones...
Comienzo a sentir como me vuelvo loco, siguiendo mi fe durante el día, y a la vez, abrazando la lujuria y la lascivia durante la noche. Antes de que la locura me domine parto a la ciudad y se lo cuento todo a mi superior... me ordena volver pero ahora acompañado de soldados y con una sentencia que cumplir, solo así podré liberarme.
Consiguo apresarla, y en plaza pública contemplo como su hermoso cuerpo es consumido por las llamas, mis lagrimas corren por mi cara como queriendo apagar el fuego que la consume.
La paz no llega... noches sin dormir, sin descanso, debatido entre el deber y mis sentimientos...
Una noche me visita en sueños, me tranquiliza, las visitas se suceden diariamente y comienza a enseñarme el arte de sanar con las manos. Practico con algunos enfermos del poblado.
Consigo serenarme y se despide de mi, siento que tengo que salir del poblado; abandono el ejercicio de mi ministerio y me dirijo a la ciudad, allí me instalo en un sotano y ayudo a los demas con mis manos. Comprendo que tengo que aprender, estudio anatomía, medicina, necesito entender el cuerpo humano y su funcionamiento.
Vivo solo en mi sotano, pasan los años y acuden cada vez más personas y de mas lejos, siempre hay personas esperando frente a mi casa a ser atendidos... mis manos es como si crecieran con el paso de los años.
Aunque despierto recelos, al usar solo las manos y no haber abandonado a la iglesia, nadie se mete conmigo, ya anciano muero en paz...
Ansioso ojeo un libro con grabados demoníacos... es un tratado de brujería. En las afueras del poblado vive una joven mulata que realiza prácticas prohibidas...
Le conmino a desechar sus prácticas; despectivamente me expulsa de su triste cabaña... Esa joven es tan hermosa que por un momento parece que me han hechizado sus ojos.
Convenzo a varios hombres del poblado para que me ayuden, pero cuando entramos en la cabaña se quedan petrificados, es como si los embrujara con su mirada. Mientras la increpo y le vuelvo a conminar para que abandone las artes de Satan, yo también comienzo a hechizarme con su mirada, me parece la criatura más hermosa sobre la tierra. Consigo reponerme y forcejeo con ella, amenazandola con detenerla si no cesa en sus prácticas. Con agilidad felina consigue zafarse y huye al bosque, a la profundidad del oscuro bosque.
La sigo buscando durante días pues me llegan noticias de que prosigue con sus malas artes, pero es en vano, conoce cada rincón del inmenso bosque y no encontramos ninguna pista.
Pero una noche se presenta de madrugada en mi casa, se introduce en mi dormitorio y se desnuda ante mi; su cuerpo propio de una escultura de la antigua grecia, su tono de piel casi ebano, sus ojos brillantes me cautivan y no puedo resistirme, mientras me besa y me acaricia se enciende en mi el fuego de una pasión no antes conocida. Hacemos el amor durante toda la noche y ella se regocija en hacerme participar de prácticas sexuales prohibidas, es como si mi sentido estuviera nublado y solo pudiera actuar bajo su dictado, bajo sus desesos.
Sus visitas nocturnas se suceden noche trás noche, mientras por el día me esfuerzo en atraparla para que reciba su castigo, durante la noche me dejo llevar por la locura de dejarme arrastrar por el deseo carnal más salvaje y me entrego a todas sus perversiones...
Comienzo a sentir como me vuelvo loco, siguiendo mi fe durante el día, y a la vez, abrazando la lujuria y la lascivia durante la noche. Antes de que la locura me domine parto a la ciudad y se lo cuento todo a mi superior... me ordena volver pero ahora acompañado de soldados y con una sentencia que cumplir, solo así podré liberarme.
Consiguo apresarla, y en plaza pública contemplo como su hermoso cuerpo es consumido por las llamas, mis lagrimas corren por mi cara como queriendo apagar el fuego que la consume.
La paz no llega... noches sin dormir, sin descanso, debatido entre el deber y mis sentimientos...
Una noche me visita en sueños, me tranquiliza, las visitas se suceden diariamente y comienza a enseñarme el arte de sanar con las manos. Practico con algunos enfermos del poblado.
Consigo serenarme y se despide de mi, siento que tengo que salir del poblado; abandono el ejercicio de mi ministerio y me dirijo a la ciudad, allí me instalo en un sotano y ayudo a los demas con mis manos. Comprendo que tengo que aprender, estudio anatomía, medicina, necesito entender el cuerpo humano y su funcionamiento.
Vivo solo en mi sotano, pasan los años y acuden cada vez más personas y de mas lejos, siempre hay personas esperando frente a mi casa a ser atendidos... mis manos es como si crecieran con el paso de los años.
Aunque despierto recelos, al usar solo las manos y no haber abandonado a la iglesia, nadie se mete conmigo, ya anciano muero en paz...
viernes, 6 de agosto de 2010
El Chamán
Escondido en la selva observo una playa, la vegetación llega hasta el mar, una pareja de jóvenes juegan, se bañan, hacen el amor en la orilla...
Llevo unos brazaletes de muchos colores y de una sola pieza que me cubren los antebrazos, y una especie de gorro o casco también multicolor. Mi rostro de expresión dura, como mi corazón que no conoce la compasión. Ella debe ser mía... está previsto por los dioses.
Vuelven separados al poblado para no despertar sospechas, sigo al joven, me abalanzo sobre él y con una piedra le aplasto el cráneo; su cuerpo lo lanzo a un barranco impenetrable.
Todos creen que ha sido un animal salvaje, ella llora durante meses. Cuando empieza a recuperarse la convierto en mi criada, después en mi ayudante, le enseño mi arte, a trabajar las plantas, prepararlas...
Un día partimos a las montañas deshabitadas, un viaje largo... Encuentro lo que buscaba, coloco el hongo sobre una piedra al sol, de un lugar en descomposición extraigo una larva, del tamaño de mi uña, la estrujo entre mi pulgar e indice, apenas unas gotas caen sobre el hongo, comienza a humear y cambiar de color, nos retiramos reverencialmente y esperamos en silencio durante horas a que termine de secarse, es el alucinógeno más potente que conozco.
Volvemos al poblado, dormimos en la selva donde podemos, una noche mientras duerme me acerco a ella y la poseo, no se resiste...
No tenemos hijos, no hay tiempo para eso...
Llega el día de mi muerte, ella es aun joven, puedo doblarle la edad, le pido que se acerque y tomándole el brazo, le confieso lo que hice. No dice nada y me ahoga con sus propias manos. Descanso. Ahora su corazón es tan duro como el mio.
Lo siento C..., esperaba otra cosa. No pedí verlo, se me mostró como tantas otras cosas.
martes, 3 de agosto de 2010
El francés
Lo primero que veo es una piedra junto a mi cara, estoy tumbado boca abajo en el suelo cuyas piedras arden, al igual que el sol en lo alto, antes de perder el conocimiento veo un hombre sobre un camello acercarse. ¿Como he llegado hasta aquí?...
Estoy en la universidad, estudio ingeniería, he conocido a una chica más joven que yo, adolescente, estamos enamorados. Hablo con su padre, es alguien en el pueblo, me dice que no se opone pero que no entregará a su hija a un cualquiera, nuevamente el peso abrumador de cumplir las expectativas de otro.
Examen de fin de carrera, todo depende de su resultado, al salir un compañero me habla de que el ejercito necesita ingenieros para África y te dan una obra sin necesidad de pasar por un largo periodo como ayudante. No me lo pienso dos veces, en cuanto tengo mi titulo me enrolo.
Mi novia antes de partir llora desconsoladamente, como si presintiera que es la última vez que me ve, no entiende que es la oportunidad de estar cuanto antes juntos.
Durante la travesía en barco solo encuentro consuelo, en contemplar el mar y mirar el camafeo con su foto, es tan hermosa, tan alegre, siempre radiante.
Argel me recibe; después de un agotador viaje en camión por pistas de montaña, llegamos a nuestro destino. Un pueblo junto a una barranquera, un cauce seco, como todo lo que nos rodea, donde he de dirigir la construcción de un puente, una mezcla de expectación y orgullo me invade.
Los días pasan entre dirigir la construcción y observar a la tropa, se comportan como bestias envueltas en brutalidad, me siento tan diferente, todo me resulta tan extraño, no tengo amigos...
Un día un nativo me muestra en secreto un pañuelo con monedas antiguas, consigo que me diga donde las encontró. Sin decir nada a nadie parto solo al desierto, mi coche se estropea en medio de la nada, camino durante horas hasta que el sol me derrota, antes de desvanecerme me parece ver en la lejanía como alguien se acerca...
Días después despierto, me encuentro bien, escucho voces de niños, aturdido aun descubro que estoy en una jaima, una familia tuareg me acoje en su seno y me cuidan. No entiendo su lengua ni ellos la mía, pero no es necesario, hay una muchacha de hermosos ojos que siempre me sonríe, siento que podría enamorarme de ella pero mi corazón ya tiene dueña.
Un día el hombre que me recogió me hace entender que es hora de irme, ya estoy repuesto;cabalgamos en su camello y le hago entender que quiero me lleve al coche, una vez allí rebusco el revolver que escondí y se lo entrego en señal de gratitud, sin mirarme a los ojos lo guarda y proseguimos, puedo sentir su desprecio, para él solo soy el invasor y solo la ley del desierto le obligo a no dejarme morir.
Cerca del pueblo me obliga a descabalgar y se va sin un gesto, como si yo no hubiera existido. Vuelta al trabajo en el puente, a la sensación de extrañeza, lejanía, que diferente con la familia tuareg que me sentía uno más del clan.
Explosiones me hacen saltar de la cama, se produce un ataque al amanecer, corro como un poseso hacía el puente, ni siquiera me preocupan las balas que silban a mi alrededor, al llegar las llamas devoran el andamiaje, casi sin poder respirar me resguardo tras un parapeto, los soldados cerca de mí se limitan a esconderse, su única preocupación es no recibir una bala de los rebeldes. Les increpo, les zarandeo no pueden dejar que destruyan mi puente, pero es en vano no me hacen caso...
Esa noche vago sin sentido por las callejuelas de la medina, me da igual todo, meses de trabajo para nada... En una casapuerta una bailarina con el rostro cubierto me hace señas, sus ojos son de una belleza cautivadora, me dejo llevar, hacemos el amor, pero justo en la explosión del orgasmo toma una daga y atraviesa con ella mi corazón; muero en el acto. Mi espíritu aturdido contempla mi cuerpo y a la chica rebuscando en mi ropa. Entiendo solo quería robarme.
En lugar de ir a la luz, me veo junto a mi amada que llora, intento acariciarle el rostro pero no puedo, me quedo junto a ella, no puedo abandonarla. A pesar de la insistencia de mi guía me niego a abandonarla de nuevo.
Pasa el tiempo, hay un hombre en su vida, niños. Aires de guerra recorren Europa, un día el hombre desaparece para no volver; yo permanezco con ella. Años duros de ocupación, trabajo, hambre, sola con los niños y yo intento reconfortarla con mi presencia.
Ya de anciana sentada en un porche y yo junto a ella, la visitan sus nietos, es feliz. Al poco muere tranquila, al verme sentimos una enorme alegría y nos encaminamos juntos hacía la luz.
Me pregunto que sentido tuvo esta vida con tantas resonancias con mi vida actual; la respuesta que recibo: "Una vida fallida para preparar una vida de éxito."
jueves, 1 de julio de 2010
¿Qué es meditar?
Meditar no es respirar, ni concentrarse en la respiración, ni en un objeto o una idea; ni tampoco mover el cuerpo de una determinada manera... Eso solo son entrenamientos de la mente que terminan fortaleciéndola.
Meditar es no estar en nada y a la vez estar en todo; dejar pasar pensamientos, emociones, sensaciones sin apegarse a ninguna pero siendo consciente de cada una de ellas, sin lucha, sin dejadez. Un estado de percepción alerta, de gran sensibilidad y extrema atención, que por desgracia es difícil de encontrar, aunque esté presente en todo ser humano. Es un estado similar al del gato que parece que no mira nada pero sin embargo está alerta a todo.
Si alguna vez puedes experimentar ese estado, entenderás que toda la vida es una meditación y que meditar es la única forma de vivir realmente la vida. Y sentirás el amor en ti, que no tiene nada que ver con la pasión y el enamoramiento, y que como dicen los taoistas es esa fuerza inconmensurable que da vida y entretiene al universo.
Más si alguna vez experimentas ese estado no te aferres a él ni intentes repetirlo, se te escurrirá como el agua entre los dedos y caerás en la frustración... por experiencia propia. Solo recuerda que es el estado natural de la mente, nada más.
miércoles, 30 de junio de 2010
Historias de amor
Hace tiempo un amigo me contó dos historias sobre relaciones de pareja que me parecieron muy esclarecedoras y hoy sin saber porque las he recordado y por eso voy a compartirlas
La primera historia es la de una pareja normal con una vida corriente, en la cual la rutina había sustituido la pasión por el tedio y el aburrimiento. La mujer pensaba que su marido ya no le prestaba atención porque no sentía nada por ella, así que trazo un plan. Se compró una peluca, se puso lentillas de un color diferente al de sus ojos, se maquilló exageradamente y se vistió de forma totalmente opuesta a como lo solía hacer. Esperó a su marido a la salida de su trabajo y se las arregló para llamar su atención e iniciar una conversación... todo terminó en una tórrida velada de amor en un hotel durante la cual sintió una pasión que ya no recordaba haber experimentado alguna vez.
Se las arreglo para volver a casa antes que su marido y le esperó como si hubiera estado allí todo el tiempo. Pero no pudo conciliar el sueño en toda la noche pensando que su marido le había sido infiel. Con mucho trabajo se levantó al día siguiente y para su sorpresa encontró una nota de su marido en la mesita de noche que decía: "Cuando quieras lo repetimos"...
La segunda historia versa sobre una mujer que se sentía muy desdichada con la relación que mantenía con su marido, no encontraba nada en él que despertará amor en ella y el parecía que se limitaba a estar con ella por costumbre. Un día comenzó a frecuentar un bar cercano, donde empezo a conocer a otros hombres y a divertirse con ellos. Sin pensarselo dos veces decidió abandonar su casa, pero pronto empezó a tener problemas de dinero y comenzó a pedir dinero a los hombres con los que se acostaba, a duras penas conseguía sobrevivir de esa manera. Pasados unos meses su marido apareció por el bar que ella frecuentaba y le pidió que volviera a casa. Ella resignada aceptó.
La vida continuó igual, pasarón los años cuidandose el uno al otro aunque no estuvieran enamorados, en los momentos dificiles estuvieron el uno al lado del otro y cuando el primero murió el otro decidió que también era hora de morir.
Quienes somos nosotros para juzgar las relaciones de otras personas, quienes somos para calificar la calidad de una relación. Acaso nos creemos Dios...
La primera historia es la de una pareja normal con una vida corriente, en la cual la rutina había sustituido la pasión por el tedio y el aburrimiento. La mujer pensaba que su marido ya no le prestaba atención porque no sentía nada por ella, así que trazo un plan. Se compró una peluca, se puso lentillas de un color diferente al de sus ojos, se maquilló exageradamente y se vistió de forma totalmente opuesta a como lo solía hacer. Esperó a su marido a la salida de su trabajo y se las arregló para llamar su atención e iniciar una conversación... todo terminó en una tórrida velada de amor en un hotel durante la cual sintió una pasión que ya no recordaba haber experimentado alguna vez.
Se las arreglo para volver a casa antes que su marido y le esperó como si hubiera estado allí todo el tiempo. Pero no pudo conciliar el sueño en toda la noche pensando que su marido le había sido infiel. Con mucho trabajo se levantó al día siguiente y para su sorpresa encontró una nota de su marido en la mesita de noche que decía: "Cuando quieras lo repetimos"...
La segunda historia versa sobre una mujer que se sentía muy desdichada con la relación que mantenía con su marido, no encontraba nada en él que despertará amor en ella y el parecía que se limitaba a estar con ella por costumbre. Un día comenzó a frecuentar un bar cercano, donde empezo a conocer a otros hombres y a divertirse con ellos. Sin pensarselo dos veces decidió abandonar su casa, pero pronto empezó a tener problemas de dinero y comenzó a pedir dinero a los hombres con los que se acostaba, a duras penas conseguía sobrevivir de esa manera. Pasados unos meses su marido apareció por el bar que ella frecuentaba y le pidió que volviera a casa. Ella resignada aceptó.
La vida continuó igual, pasarón los años cuidandose el uno al otro aunque no estuvieran enamorados, en los momentos dificiles estuvieron el uno al lado del otro y cuando el primero murió el otro decidió que también era hora de morir.
Quienes somos nosotros para juzgar las relaciones de otras personas, quienes somos para calificar la calidad de una relación. Acaso nos creemos Dios...
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