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miércoles, 7 de septiembre de 2011

¿Qué es ser Médium? II

Ser médium, como muy bien dicho antes, es ser medio o expresión de la voluntad del cielo, de la divinidad. La expresión de esa voluntad es la compasión, el amor incondicional, en definitiva la ayuda al prójimo, pero sin olvidarnos de nosotros mismos, con la finalidad de encontrar en nuestro interior el Dios que todos llevamos dentro y hacerlo brillar y conectar con todo lo que nos rodea. Por tanto un médium tienen una gran responsabilidad, usar y desarrollar plenamente sus facultades para llevar luz a todas las personas y seres que se le acerquen, independientemente de su naturaleza y condición. Pero ese trabajo empieza por nosotros mismos, debiendo iluminar nuestras zonas oscuras, en palabras del zen: “Iluminando nuestras ilusiones”; para así poder brillar con más intensidad y ser mejor expresión de la divinidad en la tierra.

Como muy bien representa el mito de la caverna, a más luz más oscuridad. Este poema del gran maestro zen Kodo Sawaki  (S. XX) es muy claro al respecto:

“La oscuridad de la sombra de los pinos,
Depende de la claridad de la luz de la luna.”

Evidentemente las facultades psíquicas no las hemos recibido para beneficiarnos de ellas perjudicando a los demás, vulnerando su libre albedrio, y por supuesto bajo ningún concepto para enviarles energía negativa para causarles mal, como mal de ojo o magia negra (Y si señores, aunque tenga que repetirlo hasta la saciedad, los amarres son autentica magia negra y una grave vulneración del libre albedrio del otro).

Es un tema complejo porque a veces aunque sepamos cosas de otra persona, por medio de la videncia, debemos tener cuidado de si esa persona está preparada para escucharlo. El principio de precaución es muy importante en nuestro trabajo como médium, no debemos creer que por recibir cosas del cielo podemos soltarlas indiscriminadamente, ni mucho menos utilizarlas como información privilegiada. Solo debemos acudir y prestar ayuda cuando se nos solicite, responder solo a las preguntas que se nos planteen, y aunque es difícil, aprender a observar y no intervenir cuando no se nos solicite ayude, aún teniendo la certeza de que podemos ayudar. Es un principio fundamental para cualquier persona, pero sobre todo para un médium EL NO INTERVENIR NI MODIFICAR EL CAMINO ESPIRITUAL DE OTRA PERSONA.

En relación a esto me gustaría comentar que en el Reiki se enseña a enviar luz a distancia a personas que pueden no haberlo solicitado, con la salvedad de que se pida permiso al cielo para ello y que la luz se envié para lo que la persona necesite. No tengo nada que objetar a eso, ni creo que vaya en contra de lo que acabo de escribir; de hecho yo también hago sanaciones a distancia, distintas de la técnica Reiki, a personas que no me lo han solicitado o desconocen que pueda hacerlo y uso la misma forma. Es curioso que siempre pido permiso cuando voy a realizar algún trabajo esotérico y ya me han dicho que no hace falta que lo pida, que ya mis guías me harán saber cuando no tengo que realizarlo; de hecho alguna vez he visto alguna mano de alto al trabajar o mi compañera ha escuchado un no muy claro. Mientras no estéis seguros de vuestra comunicación con los guías os recomiendo que pidáis permiso, yo sigo haciéndolo por respeto pero también por costumbre.

La responsabilidad de un médium es usar sus facultades en la ayuda al prójimo y a sí mismo, desarrollarlas adecuadamente, no negándolas y actuando siempre con autentica compasión, iniciando un camino de transcendencia de su ego, es decir de las características traumáticas de su personalidad para convertirse es una expresión lo más pura posible del cielo en la tierra, de la obra divina.

Esto, en absoluto, es incompatible con cobrar por el desempeño de sus facultades, siempre que sea de forma honesta, justa y proporcionada. Para mi tan valido es el que lo hace de forma gratuita como el que cobra por ello, creo que tan malo es no cobrar esperando recibir reconocimiento o para llenar nuestras carencias afectivas, como cobrar con la intención única de lucrarse. En estos temas la moral judeo cristiana y su obsesiva y neurótica insistencia en la culpa hace más daño que bien.






3 comentarios:

The Only Angel dijo...

Totalmente de acuerdo, la verdad es que comparto tu forma de pensar, es bueno poder compartir ideas de este tipo con alquien mas, un fuerte abrazo...

Luz del Viento dijo...

Me alegra que lo sientas así y que me muestres tu apoyo. Gracias

Criselides Bello dijo...

Como consigo si mail?