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Copyright Francisco José Del Río Sánchez 2008

miércoles, 5 de junio de 2013

Premoniciones

Recibo muchos correos hablandome de premoniciones y personas que conozco también me han hablado de ellas. Yo nunca las he tenido, la verdad; pero la mayoria de ellas anuncian desgracias o acontecimientos negativos. Eso ya nos debería de dar una pista sobre su origen.

El tema de los premoniciones es muy complicado, para empezar las dimensiones espacio-tiempo no existen en el astral, en el mundo del espíritu; eso les puede permitir conocer cosas con anterioridad a que sucedan, parece que es así, pero yo no estoy seguro. Pero normalmente las premoniciones siempre las dan espíritus oscuros o del bajo astral, los seres de luz nuncan adelantan acontecimientos futuros, pues eso es una violación de nuestro libre albedrio. Incluso en el I ching está recogido que adivinar el futuro pertenece al reino de la oscuridad. La pregunta que le hago yo a todos los que me hablan de premoniciones es si saberlas les ha ayudado en algo a ellas o a los demás, o por el contrario les ha llenado de angustia; eso les puede dar una pista sobre su origen y sobre quien se beneficia de las mismas.

De hecho no conozco a nadie que se haya beneficiado en su camino vital de las dichosas premoniciones y no estoy hablando de los videntes y sus caminos de oscuridad.

La mejor premonición es aprender a protegernos y saber que tenemos nuestra energía limpia, que sentimos nuestra luz y estamos conectados a la luz del universo. 







martes, 14 de mayo de 2013

14 de mayo de 2013

Para la mayoría de vosotros hoy será un día más, como otro cualquiera, en el que se produciran cosas buenas y cosas malas a vuestro alrededor; pensaréis que son ajenas a vuestra voluntad: Los embates del destino poseeen entidad propia e independiente de vuestros actos, vuestras palabras y vuestros pensamientos.
Nada más erroneo que vivir de esa manera: Ir dando tumbos de error en error siempre al borde del precipicio; a un lado el sufrimiento, pero al otro lado no vemos el bienestar, la dicha de ser conscientes de nuestros actos y consecuentes con sus efectos.
De eso quiero hablaros: Hace 5 años, un día como hoy, vió la luz este blog; publiqué mi primera entrada en él, la presentación del mismo, de sus objetivos e intenciones.
El quinto aniversario de una decisión que cambió mi vida, fruto de una toma de conciencia, la de compartir libremente con todo aquel que deseara leerme. Después de todo este tiempo, de más de 400 entradas, de casi 150.000 lecturas acumuladas, de centenares de mails atendidos y de incontables horas de dedicación, una nueva etapa se gesta.
Los asiduos os habréis dado cuenta que este blog no tiene publicidad, salvo la de mis proyectos y mi trabajo de terapeuta/sanador. Esto tiene una explicación clara: Mi idea siempre ha sido compartir mis experiencias por si podían de servir de ayuda a los demás sin esperar nada a cambio; bueno esto no es del todo cierto, siempre se espera algún tipo de reconocimiento, pues yo soy humano con mis virtudes y mis defectos. No me parece correcto vender vuestra confianza al primer postor que estuviera dispuesto a pagarme por su publicidad.
Ese es el motivo de seguir sin incluir publicidad en el blog, pero si me tomado la libertad de añadir un botón para recibir donaciones, pues cada vez dedico más tiempo a atender las dudas y consultas del creciente numero de lectores. Entiendo que se está produciendo un desequilibrio a nivel energético entre mi aportación al blog y la vuestra, y creo que esta es la herramienta más adecuada para equilibrarla.
Aunque para mi ya bastante gratificación es que este blog despierte cada vez mayor interés, algo que ha desbordado por completo mis expectativas; a quien le haya resultado de ayuda la información contenida en el mismo, asi como mis consejos, y esté en condiciones de aportar alguna ayuda económica, en la medida de sus posibilidades, puede hacerlo mediante el boton de donar situado en la parte superior izqda.
No os planteo una mera retribución a mi entrega si no también un apoyo a nuevos proyectos, que estoy poniendo o quiero poner en marcha, como la Sociedad Espiritual para el Reino del Amor, la Sabiduría y la Luz (SERASALUZ).








martes, 7 de mayo de 2013

El Shobogenzo traducido al español


El gran texto clásico del Zen, el "Shobogenzo" del maestro Dogen, traducido al español

 

 Dogen

 

LUX ETERNA. RELATO PARA ADOLESCENTES DESPIERTAS



Se siente rara, mejor dicho se siente diferente; porque para una adolescente es normal sentirse rara. Todo su mundo conocido ha cambiado; ha dejado de ser esa niña centro de todas las reuniones para convertirse en una estación intermedia que los adultos no saben dónde situar; definitivamente tiene el síndrome jarrón heredado de la abuela que nadie sabe dónde colocar.

Ni ella misma sabe cuál es su sitio, por lo menos tiene una tabla de salvación su lugar es aquél opuesto a sus padres y demás familiares mayores; su salvavidas es la oposición constante y persistente a todo lo que huela a seguir dictados paternales. ¿Qué entenderán esos amargados de su vida?, sí parecen fósiles sociales vivientes.

Su cuerpo también ha cambiado, mucho y muy rápido; ella no era así, era una niña guapa a la que todo el mundo sonreía; pero su cuerpo ha crecido horizontalmente en algunas zonas, pelosamente en otras y asquerosamente en forma de acné en su cara. Se ve gorda, se ve fea, porque en realidad se ve rara. Su cuerpo de niña, se está transformando en un cuerpo de mujer, y de una forma más rápida de la deseada; las miradas de simpatía infantil que recibía se están revistiendo de otras intenciones y le da mucha vergüenza, sentir que despierta algo nuevo en los hombres. No le gusta y tampoco le gusta que sus hormonas corporales decidan autónomamente introducir ideas hasta hace poco descabelladas en su mente.

Toda su vida con ese cuerpo para que ahora despierte anhelos desconocidos para ella. No tiene en quien confiar, bueno sí en sus amigas que son las únicas que la comprenden de verdad, pero estás tienen la fea costumbre de traicionarla cuando menos se la espera.
Se refugia en la soledad, de su cuarto, de su mundo de internet, de su cuerpo, esperando obtener un poco de calma. A todo esto hay que añadir que además es diferente porque ve cosas, siente cosas que otras no ven; ve sombras en la noche, roces inesperados, fríos extraños y sufre de tormentosas pesadillas. Necesita dormir con una luz encendida, lo que genera constantes discusiones en casa, sus padres siempre le han dicho que eso no existe; pero ella está dominada por miedos, miedo a las sombras, miedo a los espíritus, miedo a ser como es, miedo a que los demás lo sepan, miedo a sentir su cuerpo, miedo a que se note que le gusta ese chico o aquella chica o ese chico y esa chica, miedo a que se sepa que es diferente y que eso haga que nunca la acepten como una más.

Se come el coco, dándole vueltas a por qué ella será así; no sería todo más fácil si fuera una chica normal como todas las demás.

Sufre de ignorancia, no sabe que muchas otras chicas se ven feas, gordas, se niegan a aceptar sus cuerpos, sus sentimientos, sus deseos y que son más de las que ella cree las que también sienten cosas “raras”; y que incluso en su clase hay alguna.

No sabe que su cuerpo necesita ser explorado, reconocido, sentido; que debe explorar su propia sensualidad, que no hay nada malo en satisfacer sus necesidades sexuales en solitario, si no que es una forma de aprender a conocer su cuerpo y a expresar su personalidad. Sabe de chicas que se han visto coaccionadas, en mayor o menor grado, por sus novios o amigos para masturbarlos, hacerles sexo oral o incluso verse forzadas a acostarse con ellos. Lo han hecho para no quedar mal, como tontas o estrechas; por eso a ella le da tanto miedo los chicos. Ya empieza a destacar por eso; otras se entregan alegremente al sexo, dándose lo que necesitan alternando con diferentes parejas; por supuesto todos las catalogan de putas, son polvos fáciles.

Ella se mueve entre la vergüenza hacía su propia sexualidad, el miedo a las consecuencias y la necesidad de aceptación entre los demás. Desconoce la posibilidad de explorar por ella misma su cuerpo y la importancia para su propio desarrollo personal de mantener relaciones sexuales, siempre con protección, sólo cuando ella lo desee y con parejas de confianza que la respeten.

Se ve tonta y débil ante los chicos; por una parte tiene razón el cuerpo de los chicos es más fuerte, pero por otra se equivoca de plano, es más inteligente que ellos; el problema es que la herencia sociocultural le enseña a cada momento, a través de su familia, a través de los medios de comunicación, etc., que los hombres están por encima de las mujeres. Cuando no hay ningún ser humano por encima de otro y todos tienen derecho a ser respetados en su libertad y en sus necesidades.

Anda envuelta en un mar de dudas, de incomprensión asfixiante de los demás y de ella hacia ella misma. Fantasea con que todo sea diferente, en encontrar un chico como esos de las películas que la rescate y la respete. Nadie conquista en vano, cualquier rescatador querrá apropiarse de su botín. Pero sobre todo desea que cesen las visiones, las premoniciones de tragedias, los sueños extraños; todo eso que hace que su ya por natural difícil adolescencia sea un tormento por momentos.

Navega sin rumbo claro en su vida, y también en internet, lo mismo lee sobre el clítoris y el punto G o sobre cómo hacer viajes astrales; aunque en realidad ella ya los hace pero lo que le gustaría es hacerlo cuando ella quiera y no escaparse sin control e ir a esos sitios tan desagradables.

Encuentra sobre el más allá mucha fantasía, mucha mentira, muchos errores, pero un día se topa con un blog diferente, no tiene anuncios, el tío parece sincero, cuenta cosas similares a sus rarezas y ofrece soluciones. A pesar de eso no lo ve claro y le escribe al mail, con reparo pues hay mucho pervertido en la red, ya no recuerda cuantas veces han pretendido que enseñe algo por la cam.

Se sorprende al recibir una respuesta, no es afectuosa pero por lo menos le da claves y pistas para abordar sus cosas, sus capacidades, en palabras de ese hombre; algo que ella nunca pensó que tenía. Duda, pero se decide a intentarlo. Total el ejercicio tampoco es tan complicado y sólo tiene que escuchar una grabación.

Se tumba en su cama, se cuida de que nadie la moleste y escucha las palabras; se concentra en su respiración y va observándola, sin hacer nada tan sólo concentrándose en sentir como el aire entra en sus pulmones y como sale, en sentir como su pecho se hincha y como se deshincha; la voz la relaja. Le entra sueño y se queda dormida, la grabación sigue pero ella no es consciente.

Su madre la despierta para decirle que se acueste, como si ella no estuviera ya acostada, así son las madres; se pone el pijama, se mete en la cama y se duerme pronto porque nunca ha estado tan cansada; por supuesto deja su lamparita encendida. Por la mañana no se acuerda del ejercicio ni tampoco de que esta más despreocupada de lo normal.

A la siguiente noche tiene pesadillas y se despierta varias veces, ¡Qué rollo! A la mañana siguiente de nuevo se levanta enfadada con el mundo. Tan sólo por la tarde cae en la cuenta que quizás durmió bien el día anterior por el ejercicio. Se dice, esta noche no me quedo dormida.

No espera a la hora de acostarse para hacerlo, sigue de nuevo los pasos de esa voz tranquilizadora, concentrarse en la respiración y observarla, se relaja; ahora tiene que imaginarse que se forma a su alrededor una burbuja de luz, va delimitándola como si la dibujará y pide a sus guías que la ayuden y le den fuerza a la burbuja de protección llenándola de luz; se siente protegida, pero se le va la burbuja a veces pues pensamientos brotan con agresividad de su mente. Está muy cansada. Al relajarse es consciente del cansancio de su cuerpo y de su mente por culpa del stress cotidiano.

Al acostarse repite los pasos; una vez envuelta en luz se siente muy bien y se duerme acunada por lo que parecen ángeles. A la mañana siguiente está de buen humor después de un sueño tranquilo y sin pesadillas.

Sigue practicando y pasa a sentir su propia luz; para su sorpresa tiene algo maravilloso en su pecho. Sus pensamientos cambian, cada vez se preocupa menos por la opinión de las demás y los demás; aprende a disfrutar de su sexualidad, sola y acompañada. Dejan de acercársele compañías que no le convienen y que anteriormente le habían hecho daño intencionadamente; e incluso entiende que algunas cosas, no muchas, de las que le dicen sus padres son por su bien y no para jorobarla.

Empieza a olvidarse algunas noches de dejar la lamparita encendida, aprende a meditar en su luz, cada vez tiene experiencias más positivas pero lo que es más importante se siente más a gusto consigo misma y con su cuerpo. Se da cuenta de que es hermosa pues lleva algo maravilloso en su interior y sabe confiar en las personas que le transmitían buenas vibraciones y desconfiar del resto. Su vida da un vuelco pasando a ser dueña de su destino y a no ponerse por debajo de nadie y mucho menos de esos infantiles chicos.

Decide fortalecer su cuerpo apuntandose a deportes colectivos y a cursos de defensa personal. Poco a poco la vibración de su espíritu se eleva alejandose definitivamente de la dimensión oscura de la realidad, donde moraban los espíritus que la molestaban y estaba a merced de la energía negativa que le enviaban otras personas. Aprende a usar su luz para ayudar a otras chicas en su misma situación y con el tiempo se vuelve más independiente, segura y ejemplo de como convertir un problema en un arma a su favor.









viernes, 26 de abril de 2013

La princesa desAmarrada



Hubo un tiempo que puede ser el actual pero no puedo estar seguro de ello, en que las jovencitas sufrían de la enfermedad del príncipe azul; era una enfermedad muy extraña pues se manifestaba en ensoñaciones y en continuas decepciones con las parejas masculinas. Toda joven que se preciara la padecía, algunas la llevaban con orgullo y otras la ocultaban; las más intrépidas actuaban en contra de los dictados de dicho padecimiento, necesitando demostrar en todo momento su independencia y que sus necesidades de pareja se limitaban a diversos encuentros sexuales de lo más variopinto. Se limitaban a disfrutar del síndrome hombre-objeto, al igual que todo hombre fantasea con su visión de mujer-objeto; en el fondo ellas también padecían del síndrome príncipe azul pero actuaban negándoselo a sí mismas.

Con la madurez muchas se conformaban con el sapo que tenían a su lado y que a pesar de todos los esfuerzos, sexuales, comunicativos y de besos de todo tipo y colores; seguía siendo un sapo y así sería hasta el fin de sus días o en su defecto de la relación. Otras creían encontrar a su príncipe azul al calor del enamoramiento y cuando pasaba el efecto hormonal huían despavoridas buscando una nueva ensoñación. Después estaban las que ya de joven preferían un hombre de usar y tirar, cuyas filas eran engrosadas con las desencantadas de sus sapos.

El panorama de las princesas en ese reino era desolador, pues a esto había que añadir a las que cuando veían a otra princesa disfrutando de un posible príncipe azul, por envidia usaban todas sus artimañas, incluyendo su cuerpo, para cazarlo con su larga y afilada lengua.
Un efecto secundario muy extendido del síndrome príncipe azul era la necesidad de muchas de tener un hombre a su lado, necesidad de similar intensidad a la de respirar para sus cuerpos.

Cuando encontraban un hombre de su agrado, que era amable con ellas y que daba alas a su romántico corazón consideraban que sólo podrían ser felices manteniéndose junto a ellos. A veces esos hombres tenían ataduras pasadas, antiguas relaciones o conocían otras personas, que conservaban o despertaban una llama en su corazón.

Las princesas querían amarrar a esos hombres, parejas ideales en su mente, pues su existencia sin ellos carecía del más mínimo sentido. Para ello algunas acudían a prestigiosas brujas y famosos hechiceros que les amarraban a sus parejas gracias a sus efectivas pócimas. Se producían cruentas batallas entre princesas que querían amarrar y otras que querían desamarrar a sus hombres ideales, como resultado el hombre unas veces estaba con una y otras veces con otra, sin poder llegar a discernir si como primate predominaba en él una tendencia, digamos natural, a la poligamia o es que no era capaz de decidirse.

Mientras posibles candidatos honestos pasaban frente a las princesas amarradas dejando caer pétalos de insinuación sin que las obsesionadas princesas fueran capaces de ver más allá de las narices de sus amarrados deseados.

Las del síndrome campanilla, con su resistencia al compromiso, tampoco podían distinguir entre un Don Juan de fin de semana de un pretendiente honesto que no perfecto. Pero que bien se sentía una en los brazos y acunada por las palabras de esos galanes pasajeros; el problema es que siempre llegaba un lunes y las patas de gallo crecían con el paso del tiempo.

Nuestra heroína, porque para actuar así tenía que tener unos ovarios bien puestos, comprendió un día que su felicidad no dependía de ir del brazo de alguien, que si bien es más agradable dormir acompañada, siempre que no ronque y no huela mal claro está, tampoco estaba mal dormir sola, que el sexo por amor era más pleno y satisfactorio que el desahogo esporádico de las calenturas vaginales, que en el fondo es mejor un compañero que un salvador, que la mayoría de parejas perdidas por amarres sentían algo por la otra persona; y en definitiva que su felicidad estaba en respetarse a sí misma, aprovechar las oportunidades que la vida le daba y olvidarse de personas que seguramente ni la merecían ni la valoraban. Pues por desgracia ya conocemos esa desagradable costumbre de muchos machos de estar con una chica simplemente porque es un buen polvo.

Así que decidió dejar de ser princesa, arrojo su velo y su corona y con ellas su síndrome de príncipe azul para comprobar que donde antes sólo había sapos ahora veía a hombres entre ellos y que los que le parecían príncipes azules eran los más sapos de todo. Se convirtió en una mujer completa, que no necesitaba una media naranja, pues ya ella era una naranja completa, para realizarse a sí misma y satisfacerse sus necesidades; pues la vida es continuo movimiento y ¿Alguien ha visto una media naranja que ruede hacia adelante?








miércoles, 10 de abril de 2013

BLANCAFLOR. CUENTO PARA NIÑOS DESPIERTOS



Blancaflor era una niña ni muy pequeña ni muy mayor, ni muy guapa ni muy fea, ni muy alegre ni muy triste, ni muy lista ni muy tonta y así todos los ni muy que se nos puedan ocurrir. En definitiva era una niña normal y corriente como la mayoría de las niñas y niños.

Blancaflor vivía con su mama, que la quería mucho, la cuidaba e intentaba protegerla; su papa no vivía con ella, aunque la veía cada vez que podía, pues también la quería mucho. A Blancaflor le gustaba estar con su papa pues siempre hacía cosas diferentes a las que hacía con su mama.

Blancaflor, ya tenía edad para dormir sola, pero había noches que se despertaba llorando asustada y su mama tenía que acostarse con ella. Ahora os contaré porque Blancaflor había noches que tenía miedo y le gustaba dejar una lucecita encendida.
Blancaflor, aunque una niña normal, tenía algo especial, que la mayoría de los mayores ya habían olvidado, pero que muchas otras niñas y otros niños compartían con ella y era que veía más cosas que los mayores y sentía más cosas que ellos. La mayoría de las niñas y niños que le pasaba esto no lo contaban pues cuando lo habían hecho los mayores u otras niñas y niños, no les habían creído y les habían dicho que tenían mucha imaginación o directamente que era mentira. En los peores casos les habían prohibido hablar de lo que veían.

Blancaflor podía ver seres agradables, que eran los que le gustaban o desagradables que eran los que la asustaban; lo que no sabía, pues era todavía muy pequeña, era que cuando estaba contenta y animada era cuando veía a los seres agradables y cuando estaba triste, enfadada o preocupada veía a los desagradables.
Entre los seres agradables que Blancaflor veía estaban hadas, ninfas, mujeres bellas y otros seres muy luminosos, que le proporcionaban paz y tranquilidad y estaban para ayudarle; incluso una vez hizo un dibujo de una luz amarilla que ocupaba toda una hoja y dijo que ese era Dios.

Entre los desagradables había seres con rostros conocidos que la molestaban y otros más feos, de los que es mejor no hablar; después estaban los que se hacían pasar por sus amigos y querían jugar con ella, pero que Blancaflor sabía que no se podía fiar de ellos y los llamaba los amigos malos.

Blancaflor también sabía si una persona que le sonreía estaba realmente enfadada o si alguien le decía que algo estaba bien y realmente pensaba que era una porquería; eso la confundía mucho pues veía que los mayores no decían la verdad o no se comportaban conforme a lo que sentían, cuando a ella le decían que tenía que decir siempre la verdad. Eso la desconcertaba y la volvía desconfiada.

Blancaflor tenía sueños desagradables porque los seres oscuros se metían en ellos para asustarla, pero de eso no vamos a hablar; porque el ser de luz que estaba con ella para protegerla y guiarla también se metía en sus sueños y la llevaba a lugares bonitos y luminosos. Prados verdes llenos de flores y mariposas donde corrían ponis sonrientes de colores. Bosques mágicos donde revoleteaban hadas y campanillas, y sobre todo sitios con mucha agua transparente, pues de todos es sabido que a las niñas y a los niños les encanta meter sus manitas y sus piececitos en el agua. En esos sueños vivía aventuras mágicas que le llenaban de alegría y su guía-ángel, que a veces tomaba forma de un hada buena y sonriente, le enseñaba cosas que ella necesitaba aprender para que las recordara cuando estuviera despierta.

Una noche le enseño que librarse de las molestias de los seres desagradables era muy fácil. Sólo tenía que imaginar una burbuja de luz que la rodeaba, como una pompa de jabón blanca o amarilla que la envolviera y la hiciera elevarse; pues de todas las niñas y niños es sabido que las pompas de jabón sólo pueden elevarse. Una vez envuelta en esa burbuja de luz, debía pedir a los seres de luz, que la ayudaban, que la llenaran de luz hasta convertirse en una lucecita toda ella llena de luz; y le decía Blancaflor cuando veas cosas que no te gustan cierra los ojos e imagina esa burbujita de luz que te rodea y siente como se llena de luz hasta iluminarte por completo y entonces estarás completamente protegida y nada podrá asustarte.

Blancaflor al principio no se acordaba, de la burbuja y llamaba a su mama, pero poco a poco comenzó a cerrar sus ojitos y ver esa burbujita, que cada vez se iba haciendo más grande y luminosa. Hasta que cada vez necesito llamar menos a su mama y ya no tenía sueños feos por la noche; incluso cuando iba al cole ya no veía tantos seres desagradables deambulando por allí y empezó a ver como otras niñas y niños también tenían lucecitas en su interior como ella.

Ahora que alguna que otra noche gustaba de llamar su mama, aunque no estuviera asustada pues de todos es sabido que a cualquier niña o niño le gusta que su mama duerma con ellos.

NOTA PARA LOS PAPAS Y LOS MAMAS:
Este cuento es para contarselo a nuestros hijos, sobre cuando vayan a dormir, con la idea de que por un lado comprendan que no les pasa nada raro y por otro aprendan inconscientemente a protegerse y a conectar con la realidad luminosa. Es tanto para niñas y niños sensibles como para los que aparentemente no lo son, en ambos casos mejorara su autoestima y su capcidad de ponerse en el lugar del otro.
Evidentemente con una sola lectura no se lograran resultados espectaculares, pero con cierta constancia y siempre sin obligar a nuestros hijos a escucharlos si les aburre o no les gusta, podremos lograr resultados positivos.
Y una recomendación, si se quedan dormidos antes de llegar al final, continuar leyendoselo pues les llega a su inconsciente.

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