Cuando comenzamos a vivir el momento y el presente empieza a tornarse eterno...
No es que dejemos de pensar en el pasado, no es que dejemos de preocuparnos por el futuro...
Sino que empezamos a olvidarnos de que hubo un pasado, empezamos a olvidar que pueda haber un futuro...
El tiempo comienza a mostrar su inconsistencia, y el presente tiende a extenderse y ocuparlo todo...
Nuestra tarea ya solo es lo que estamos haciendo y el propósito de nuestra vida consiste en lo que estamos haciendo en ese momento...
Solo tenemos que acostumbrarnos a dejarnos llevar, a fluir con nuestra existencia y a cesar en nuestra lucha inútil con la vida...
Comenzamos a sentir el desapego, pero no nos olvidamos de los que nos rodean, sino que dejamos de sufrir por nuestras relaciones y por nuestros deseos insatisfechos...
La plenitud se va apoderando de nosotros conforme dejamos que nuestro Ser se manifieste, y nuestros enfados y decepciones se marchan con la brisa que roza nuestro rostro...
Eso es lo que comienzo a sentir, pero quien soy yo, sino un pobre loco que solo busca que su luz ilumine su camino...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario