…
estamos a punto del acontecimiento del siglo, de proporcionar a nuestros
oyentes una exclusiva mundial… en realidad histórica… universal, no tengo
calificativos para este momento…
─
Por favor.
─
Si, perdón ─, me hacen señas de que hable más bajo y lo menos posible. Pero
como comprenderán, el nerviosismo de este momento… Intentaré contener mi
emoción, pero claro no hablar no puedo, si no hablo como les cuento esta
espectacular experiencia que cambiará la percepción de la humanidad sobre la
muerte.
Voy
por un pasillo oscuro apenas iluminado por unas velas blancas, me precede un
joven alto, vestido con una armadura plateada reluciente, como si fuera de
aluminio; porta una larga lanza. No sé muy bien como he llegado hasta este
lugar, pero sí puedo decirles que los contornos espaciales son difusos. Ellos
me han asegurado que mis palabras van a llegar a todos los oyentes de nuestro
programa, que estarán igual de sorprendidos que…
¡Atención!
hemos llegado a una puerta de madera muy antigua, está cubierta de abundantes
telarañas y parece estar suspendida frente a nosotros. Me están explicando que
al otro lado hay una estancia, con una gran mesa flanqueada por grandes figuras
de nuestra humanidad que intentaron mejorar la vida en nuestra Tierra
consiguiendo un efecto contrario.
Sería
como una especie de purgatorio, donde penan estas almas de revolucionarios,
humanistas o pensadores, esperando su destino al cielo o al infierno… en
realidad ellos no lo llaman así… me hablan de luz u oscuridad. Un momento, me
insiste en que no hable con ellos, no pueden vernos… se me permite pasar para
que pueda servir esta primicia a toda la humanidad. Se abre la puerta, no
chirría, siempre pensé que una puerta así produciría mucho ruido al moverse…
Hay
una neblina grisácea que lo envuelve todo y por primera vez huele mal, a
rancio, a flores marchitas, no llega a alcanzar el hedor de la podredumbre pero
lo recuerda.
No
veo… sigo al guardián. Hay muchos candelabros y mucho movimiento, muchas voces
hablando a la vez, no entiendo nada… me dicen que cuando me acerque a alguno de
ellos podré escucharlo con nitidez pues el resto de voces se eclipsará.
La
verdad es que sólo distingo bultos y este susurrar continuo de voces es
ensordecedor… me estoy mareando… Alguien luminoso me agarra por un brazo,
vuelvo a ver bien, me tranquilizo; no puedo mirarle a la cara pues me
deslumbra. Se separa de mí, no veo a mi acompañante, ¿dónde estará el joven de
la armadura? El ser de luz se mueve alrededor de la mesa, al lado opuesto hay… oh
no… es horrible, no quiero mirar, pero debo… es una especie de demonio… Ángel y
demonio rodean a los ocupantes de la mesa observándolos. Se acerca a mí… puedo
sentir su calor, sus ojos rojos… me atenaza el miedo…
Menos
mal ha pasado, ahora es el ángel el que está al otro lado de la mesa… es como
si acecharan a los comensales. Creo que tendré que acercarme a ellos, la
mayoría está sentado pero algunos permanecen de pie… ese parece Napoleón. Está
hablando…
─La
grandeur… Francia ha demostrado su superioridad intelectual sobre el resto de
pueblos de Europa, debemos de sacar a esos pueblos de su atraso y convertirlos
en ciudadanos… enseñarles a amar la libertad, los valores de la enciclopedia…
Si
es Napoleón, lleva la mano en el pecho, pero su cara está demacrada y no para
de supurar un líquido amarillento por la boca… claro decían que lo
envenenaron…Siempre repite la misma sandez sobre la grandeur.
Delante
de él hay alguien sentado a la mesa… pero, ¡no tiene cabeza! y tiene un plato
con una cabeza… se alimenta de ella… bueno en realidad alimenta una cabeza
depositada en la mesa con una de sus manos…Increíble un tronco humano usa sus
manos para alimentar con una cabeza a su cabeza que está sobre la mesa… ¿Será
esto realmente cierto? Les aseguro que no he consumido ninguna droga.
Las
dos cabezas llevan peinados del XIX… un momento, que la cabeza que come está
hablando…
─
¿Qué asco? No puedo más… Nunca debí de cortarle la cabeza a Danton… fue una
locura todo aquello… pero la revolución estaba amenazada, la reacción cada vez
era más fuerte, los monárquicos amenazaban tomar el poder… El poder… para que…
nunca debí hacerlo… el terror contra todos.
Parece
muy arrepentido… creo que es Robespierre… se acerca el ángel, me voy a separar,
pone su brazo sobre el hombro sin cabeza de Robespierre, se ilumina el torso, y
la cabeza, no puedo creerlo, ha vuelto a su sitio, se llena de luz y asciende
sobre nosotros… ha desaparecido.
La
cabeza de Danton es engullida por la mesa. Me acerco a otra figura que discute
acaloradamente con otro personaje… en su cabeza hay algo clavado, es un piolet…
hablan de revolución, es Trotsky y el de enfrente es Stalin… que interesante…
Trotsky:
Mataste a millones de personas… eliminaste a cualquiera que fuera inteligente…
sumiste a la Unión soviética en la ruina…
Stalin:
Todo lo que hice fue para salvaguardar la revolución.
Trotsky:
Incluido a mi… me mataste también… me perseguiste por medio mundo y mataste por
medio mundo a los que me escuchaban y seguían.
No
podemos negar el interés del debate, pero parece que los dos están fijos en sus
posiciones, a ver…
Trotsky:
Trabajamos codo con codo contra los zaristas y mandaste que me clavaran esto en
la cabeza.
No
para de tocarse el piolet.
Stalin:
Todo lo hice por la revolución y por el bien de la Unión Soviética, la
verdadera patria de los trabajadores.
Trotsky:
¡Mentira! Sólo querías el poder para ti, fuiste la muerte de la revolución, un
dictador…
Tercer
hombre: ¡Silencio! Estoy hastiado de escuchar vuestros lamentos de viejas
aburridas.
Ha
aparecido otro hombre, calvo, con bigote y perilla, sus ojos destellan de
astucia, creo que es Lenin… los otros agachan sus cabezas… el demonio se ha
situado detrás de Stalin.
Lenin:
Los dos sois responsables… tanto luchar, tantas muertes ¿para qué?
Pintarrajeasteis de rojo el estado zarista… cambiasteis a los nobles por los
funcionarios del partido… ¿Era eso lo que queríamos cuando tomamos el palacio
de invierno? ¿Decirme, era eso? No somos diferentes a cualquier zar
Mientras
les increpa ha cogido a Trotsky por las solapas de la chaqueta… Olor a azufre
que lo inunda todo… el demonio abraza a Stalin, se abre el suelo bajo sus pies;
Dios es horrible, las llamas que surgen del suelo lo abrazan… el demonio se me
ha quedado mirando al nombrar a… no debí hacerlo, sus ojos rojos me atraviesan,
me duele la cabeza…
El ángel
se sitúa a mi lado, desaparece el dolor, ya estoy mejor, porque poco; no veo a
Lenin, Trotsky continúa en la mesa con la cabeza gacha. El ángel me hace una
seña hacia arriba, parece que ha ascendido.
Veo
a Rousseau, pasa a mi lado divagando algo sobre sus hijos…
Ese
vestido de miliciano agarrándose una herida del costado con un pañuelo
rojinegro al cuello parece español… me viene su nombre Buenaventura Durruti.
Durruti:
El faccio está cerca… deseando lanzarse sobre nosotros… maldita herida… se lo
dije una y otra vez… esas ametralladoras se disparan con el aire… seguro que ha
caído Madrid…
Este
otro me suena, señores es Chávez, Hugo Chávez en persona, inconfundible con su
cara redonda, su gorra roja y vestido de militar. Habla con alguien que está de
pie vestido de militar del XIX con un gorro… escuchemos.
Chávez:
…compañero Bolívar, nuestra revolución bolivariana… para más gloria de
Venezuela y su pueblo, queremos seguir su obra y hermanar los pueblos
americanos en uno sólo…
Bolívar:
¿Realmente el pueblo americano merece ser libre? Sólo sigue a un caudillo
fuerte, eso fui para ellos, nada más hermano. No sabe qué hacer con la
libertad, por eso tuvimos que tomarla nosotros, sólo las clases ilustradas
pueden saborearla.
Chávez:
No me diga eso compañero… está usted errado, déjame que le explique como el
glorioso pueblo de Venezuela no ceja en su empeño titánico de construir la
revolución bolivariana hacia un socialismo del siglo XXI… y déjeme decirle que
sé que Dios me ha traído a su lado para abrirle los ojos a esa nueva realidad…
No
parecen ponerse de acuerdo, todavía me quedan muchos más por visitar, pero me
indican que se acaba mi tiempo.
Hay
muchos personajes del XIX parece que fue una época de cambio importante… veo
una mujer, parece griega, no para de decir que el Sol no gira alrededor de la
tierra y que por tanto el hombre sólo es una parte más del universo… Los Dioses
no miran al hombre, es este quien los crea a su imagen y semejanza… La
naturaleza es la única verdad…y las matemáticas su…
Se
difumina su imagen, la sala desaparece ante mí, tengo que volver…
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