No podemos buscar nuestra felicidad ni nuestro bienestar a través de la felicidad y el bienestar de los que nos rodean. Los problemas de los demás son de ellos y debo aprender a respetar sus caminos, eso es compasión.
El sacrificio y el martirio por el prójimo es una interpretación neurótica y sin sentido de la espiritualidad. Si siento el amor en mi, me lleno de luz, podré ofrecer una mano cálida a quien me la pida... y no tendré que ser más un bombero voluntario en busca de su recompensa.
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