Cada una de nuestras relaciones de pareja, de familia, de amistad, etc. nos aporta algo maravilloso, si somos capaces de sentir esa maravilla por encima de nuestras ilusiones, decepciones y expectativas no cumplidas, seremos capaces de amar; si sólo hay rencor y frustración nos regodearemos en la amargura. No hablo de mantener relaciones que oscurecen nuestra alma, no se trata de poner la otra mejilla cuando nos hacen daño, ni de imponer nuestra forma de entender la vida, se trata de sentir, de amar, acercándonos al fuego del amor de las demás personas y alejándonos cuando sólo haya cenizas ennegrecidas, pero recordando y manteniendo en nuestro corazón eso maravilloso que nos aportaron.
Ese será el sustrato, el abono que hará germinar el amor en ti.
Eres maravillosa, descubre la maravilla que mora en ti, y los demás seres te resultarán hermosos y maravillosos.
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