Encontró un maestro y estuvo con el varios años practicando hasta que lo superó y lo abandonó.
Encontró otro maestro más elevado y estuvo con el varios años hasta que superó sus enseñanzas y lo abandonó en busca de otro más elevado. Y así uno tras otro...
Cuando uno encuentra un maestro, ya sea espiritual, en la vida o en cualquier otra actividad, le reconoce su valía y lo respeta, sigue sus indicaciones, en cuanto reconoce su mayor comprensión de la realidad, pero esto no significa una ciega sumisión.
Y si con el tiempo superamos al maestro, seguimos respetandolo, pero esto no significa que sigamos como discípulos ante él, ni que nos achiquemos para no ofenderlo, sino que los respetamos, abandonandolo porque no puede guiarnos más o convirtiendolo en nuestro discípulo. Precisamente por la deuda y la gratitud que tenemos hacía nuestro maestro, debemos obrar de esa manera y nunca comportarnos de forma mezquina manteniendo un falso seguimiento por no querer asumir nuestras responsabilidades.
El que quiere entender que entienda, y el que no quiera entender, ya la vida se encargara de obligarlo a entender...
Fuerza y valor.
1 comentario:
La vida, tanto en nuestro plano como en el plano espiritual, me ha enseñado que nunca dejamos de aprender. Y hasta de la más diminuta partícula de polvo se puede aprender algo.
Me resisto, tengo miedo, me confundo...
Pero hay cosas que debo hacer, cosas que debo seguir haciendo, cuestiones que debo afrontar. Y yo lo haré por mí, me gustaría una muleta o un portavoz, para no afrontar. Pero es mi lección y la debo aprender yo. Si quieres entenderlo...hazlo, y si no, recuerda: "Tienes que comprender que no puedes comprenderlo todo"
Paz
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