Es un angel, siempre alegre y despreocupada. Ve cosas, hace cosas y las cuenta... a todos.
Mis padres le prohiben hablar, se llenan de terror al escucharla, no quieren una hija bruja.
Siempre estoy diciendole que calle, que no haga esas cosas en público... sonriendo siempre contesta que tiene que ser así.
Se hace mayor, todos la conocen, sana a mucha gente...
Llega lo inevitable... en la plaza del pueblo, mientras mis lagrimas intentan apagar el fuego, ella se consume pasto de las llamas entre los vitores del populacho.
Resta una vida de amargura, recordando el no haberla protegido, no haber evitado su destino.
Muerte amarga... con esa frase en la boca, " no he sabido protegerla ".
Otra vida, volvimos a encontrarnos, y en mi una necesidad de protegerla.
Pregunte el por qué y me mostraron esta vida. Y la necesidad de protegerla se fue difuminando y surgio una relación más libre...
Así funciona la terapia regresiva, y podemos hacernosla a nosotros mismos, pero es mucho más lenta y menos profunda que con la ayuda de un terapeuta. Pero siempre habrá temas menores que tampoco requieran un terapeuta, no conviene engancharse al sillón. Para eso está el psicoanálisis.
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