Tener compasión es dejar a los demás que se equivoquen una y otra vez hasta que aprendan por si mismos, aunque a veces tambien es compasión saber distinguir cuando necesitan un empujoncito.
Tener compasión es perdonar a los que nos ofenden, a los que nos hacen daño malintencionadamente para obtener su propio provecho, a los que nos hacen daño a consecuencia de sus miedos e inseguridades, a todos aquellos que nos hacen daño por seguir su egoismo. Y a pesar de estar dolidos en lo más hondo, seguir amando a los que nos han hecho daño, entendiendo lo que nos han hecho aprender, aunque hayan abusado de nuestra confianza, sinceridad e ingenuidad y hayan manipulado nuestros sentimientos hasta casi volvernos locos.
Pero la mayor compasión consiste en perdonar nuestros errores, amar nuestros defectos y amarnos incondicionalmente sin esperar nada a cambio. Cuidar nuestra salud física y emocional. Permitir ayudarnos a nosotros mismos. Porque como decía el maestro Deshimaru la ayuda más elevada es ayudar a realizar una vía espiritual, y que mejor ayuda que dejarnos crecer a nosotros mismos, permitirnos desarrollar nuestras potencialidades abandonando nuestros egoismos mezquinos.
Quisiera dar las gracias a todas las personas que estos últimos meses han actuado como mis espejos y me han ofrecido su visión de la verdad, que me ha permitido encontrar mi propia verdad y comprender la fuerza que me proporcionan mis dudas. Especialmente a Nuria, Pilar, Juani, Vicent, Sandi, Samantha, Luis, Neria, Jose y Cori.
Espero no haberme olvidado de nadie, y no me he olvidado de Carmen, mi compañera, ni de mis niñas, un motivo constante para crecer, 24 horas de 24.
Un abrazo de luz para todos, se que no voy a defraudaros.
Amor en todos vuestros actos.