El otro día tu hija pequeña abrió esa puerta, no sabes si la buscaba a ella.
No le preguntaste ni ella te preguntó.
Esa puerta siempre cerrada desde que se fue... como tu corazón.
La habitación ha dejado de existir para ti... como ella.
Abres la puerta, la cama tapada, la nueva disposición de los muebles, el espacio vacío en el centro. No huele mal, quizás huele bien... como ella.
Era su habitación y no sabes si volverá a ser tuya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario