Zen japonés

Esta semana he visto la película “Cartas desde Iwo-Jima”, donde se narra una de las últimas batallas antes de la derrota de Japón en la II Guerra Mundial.

Lo que me llamo la atención es como describe el paroxismo de una cultura decadente que fomentaba el suicidio tanto a título individual como colectivo. Y me puso de relieve el momento sociológico que rodea al zen que llega a Europa y Estados Unidos. En el seno de ese decadente régimen imperial, que se precipita hacia el abismo, con una irracional y genocida conquista de Asia y del Pacífico.

Por eso no deja de maravillarme que maestros como Kodo Sawaki, cojan un zen decadente y moribundo y consigan revitalizarlo, sobre todo teniendo en cuenta que la jerarquía del zen respaldaba al régimen imperial. Y que maestros de la siguiente generación, como Deshimaru y Suzuki, comprendan que es necesario llevar el zen a una nueva tierra donde pueda arraigar de nuevo con fuerza.

La actual expansión del zen en occidente estará eternamente agradecida a la titánica obra de estos hombres. Y los miles de occidentales que estamos en situación de acceder a la experiencia del despertar gracias al zen, llevaremos siempre la transmisión en nuestros corazones.

Pero si cuando una nave abandona el muelle desde el que parte, lo toma de referencia para fijar su rumbo, llega un momento en que solo tiene que mirar al frente para poder seguir navegando.

Así para el Zen en Europa llegará un momento que para seguir su vía, deba dejar de mirarse en nuestro referente de origen (el zen en Japón), y comenzar una andadura propia que le lleve a crear una escuela libre de referentes culturales japoneses y de la tutela de los maestros japoneses.

Creo que llegará un momento que el zen en occidente, tanto europeo como americano, se despojará de todos los referentes culturales que lo impregnan, tanto japoneses como occidentales, fundiéndose con otras tradiciones para convertirse de verdad en la esencia de todas las místicas y dar lugar a una nueva religión del amor que libere a toda la humanidad.

Debemos ir a las esencia de lo que nos transmiten los patriarcas y obviar sus formas que responden a su momento histórico. Y quizás Ejo Takata, maestro zen de Jodorowsky, tuviera razón cuando contemplando los restos de su Kesa que el mismo había quemado, exclamo: “tiene algún sentido imitar lo que un hombre hizo hace 2500 años”.

Personas como Jodorowsky, Eckhart tolle, o incluso Padilla nos presentan la experiencia del despertar sin encuadrarla en una tradición religiosa concreta, y aunque yo creo que se puede realizar libremente hoy en día en muchas de las tradiciones autenticas que nos han llegado a occidente. Si consisten en una llamada de atención a caer en la cuenta de la posibilidad de una experiencia mística laica y sobre todo de la futilidad de muchos ritos trasnochados que no tienen sentido en el siglo XXI.

ZEN JAPONES II