De los dos tipos de espíritus confusos que permanecen apegados a la tierra, los que yo llamo los horribles, que son los que tradicionalmente se les ha llamado demonios, y a los cuales personas más compasivas que yo llaman espíritus burlones, son seres que durante su vida se han guiado por la maldad y el egoísmo más absoluto.
Han llenado su corazón de oscuridad y han creído erróneamente que habían apagado el destello de luz que todos tenemos en nuestro interior. Por consiguiente al desencarnar la oscuridad que albergan y el enorme sentimiento de culpa les hace creer que solo pueden guiarse por la maldad y se niegan a ir a la luz, fabricándose su propio infierno particular.
Y se dedican a martirizar y a obsesionar a aquellos mortales que pueden comunicarse con el plano espiritual.
Cuando comencé a sentirlos, su apariencia horrible me hizo denominarlos con ese nombre. Después con el tiempo conforme hablaba con ellos, me di cuenta de la enorme confusión que los envolvía, más tarde al ayudarlos a salir de sus infiernos ficticios, comprendí que ellos también eran seres de luz dignos de amor y compasión.
Y ahora caigo en la cuenta que el nombre de horribles crea un rechazo hacía ellos y quizás fuera más correcto llamarlos espíritus oscuros, pues su signo distintivo es la gran oscuridad que albergan y transmiten. Y que los distingue de los otros espíritus confusos, los perdidos, que están embargados por el sufrimiento por las circunstancias de su muerte y/o vida.
Me gustaría que me dierais vuestra opinión sobre este tema. Y no se lo pregunto solo
a los autores, sino también a todos los lectores de este blog.
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2 comentarios:
Me parece una maravillosa reflexión esta que haces. Si en esta realidad de pares de opuestos en la que vivimos hubiera que calificarlos de alguna manera, supongo que lo deseable sería encontrar un calificativo lo más objetivo posible, sin que ningún juicio de nuestra parte o de nuestra proyección personal estuviera implicado. Por lo tanto, si tú mismo dices que son presa de la confusión y de sus infiernos "ficticios" y que comprendiste que también eran, son, seres de luz dignos de amor y compasión...
Yo no les llamaría ni horribles, ni oscuros... En mí despiertan una gran compasión, tanto los desencarnados como los encarnados, yo les llamo inconscientes... es decir, no son conscientes de su propio ser de luz. Y desde luego, acepto mi propia inconsciencia que muchas veces me aleja de mi propia consciencia acerca de mi propia luz, que no de mi luz real que siempre estará ahí, aunque yo no la perciba.
Esa es mi humilde opinión.
Un fuerte abrazo Curro, tengo muchas ganas de verte.
La reflexión surge de la necesidad que tenemos como seres analíticos de comunicarnos a través del lenguaje.
A estos seres tradicionalmente se les ha llamado demonios, pero esto hecha para atrás, y tanto Carolina como yo, cada vez que tenemos que orientar a una persona con capacidades de médium, nos encontramos con el problema de definirlos.
Y es importante estar alerta y conocer su existencia pues estos seres oscuros hacen y pueden hacer bastante daño. Pero más importante es ayudarlos a salir de su estado, para librar a la humanidad de su carga negativa y propiciar la evolución espíritual del planeta.
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