En una luna de Saturno

Hay un lugar en el universo, que podría ser una luna de Saturno, donde existe una civilización con un gran desarrollo espiritual.

Aunque son espíritus encarnados como nosotros, su nivel de desarrollo es tal que ya no necesitan un cuerpo que los acoja, solo tienen una leve envoltura corporal que solo es visible cuando te acercas a ellos y si intentas tocarlos solo puedes sentir que se difuminan entre tus manos.

Su hogar es aparentemente desértico y sin vida, y estos seres que ya no tienen ninguna necesidad corporal ni material, dedican la mayor parte de su tiempo a dos actividades: practicar una meditación para culminar su desarrollo espiritual, que además es una oración para contribuir al desarrollo del universo. Y a sanar a los espíritus confusos cuyas almas están dañadas.

Pude visitar uno de estos sanatorios construidos de una sustancia que a mí se me asemejaba a polvo de estrellas y que se materializaba solo por aquellas zonas que recorría, en este sanatorio se recuperan las almas del planeta tierra que por estar dañadas no pueden volver al ciclo de reencarnaciones.

Antes yo me reía de estas cosas, consideraba locos a los que decían que hablaban con gente de Ganimedes u otros planetas, o los consideraba charlatanes de feria. No sé si sus experiencias son reales, yo solo puedo hablar de lo que experimento, que para mí es tan real como este portátil con el que escribo.