Me comentaba que como gran seguidor de la serie "Entre fantasmas", le llamaba la atención que todos los problemas se solucionaban a través de la comprensión y el perdón y que desde esa perspectiva "espiritista" no serian necesarios los juicios ni las penas de cárcel. Pues todo se podría solucionar en el más allá.
Le recordé lo que decía el maestro Deshimaru respecto de las leyes, que eran necesarias para mantener el orden social, ya sea justo e injusto, pero que a efectos de karma no eran necesarias.
Porque como yo he comprobado en mi mismo, y con los espíritus que he hablado, las deudas se pagan siempre, el daño que hemos hecho a otro ser humano a de ser resarcido en esta o en vidas futuras y el daño hecho a la sociedad también ha de ser compensado. Y mientras más te resistas mayor sufrimiento en cada encarnación. Esas son las leyes de la encarnación y en este caso no hay trampa posible.
Esta conversación me trajo a la memoria el debate recurrente que hay en la sociedad sobre el cumplimiento integro de las penas e incluso la pena de muerte para ciertos delitos. Y siempre me cuestiono si lo que se pide es justicia o venganza, aunque haya casos sangrantes.
Lo único que se, es que como dice Brian Weiss, el hombre nunca debe quitar la vida a otro hombre, independientemente de lo que haya hecho, hay que darle oportunidad para que libere su karma, y eso no significa dejar suelto a un psicopata para que siga matando, ni a un violador en serie para que siga violando.
Siempre he pensado que la cárcel debe ser un lugar para rehabilitar a las personas y no para tenerlas encerradas y que no molesten, y el que no pueda rehabilitarse que se quede entre rejas. Pero para esto hace falta mucho dinero y voluntad.
Al respecto dice el I Ching: "Las prisiones han de ser algo que sólo acoge a la gente en forma pasajera, como si fuesen huéspedes. No deben convertirse en morada de los hombres"
"Así el noble aplica con claridad y cautela las penalidades
2 comentarios:
Acabo de regresar de La Morejona, he pasado 4 días fantásticos allí. Para mi sorpresa, he sabido que una de las residentes permanentes es funcionaria de prisiones y que dos monjes maravillosos, una chica y un chico, se están preparando las oposiciones para algún día también trabajar en prisiones. Me parece que pueden hacer un gran trabajo allí dentro, en contacto directo con los presos, transmitiéndoles amor y compasión, y que su estancia obligada allí realmente sea para los internos una rehabilitación para una futura vida en armonía con el prójimo.
La verdad es que la serie siempre se repite muchísimo, siempre son los mismos sintomas, un espiritu que necesita resolver lo dejado en la tierra, primero siempre aparece cabreado partiendolo todo y después el muchach@ encuentra la luz y to el mundo tan feliz, sinceramente los guionistas no le faltan recursos y aplican todos los sintomas posibles dentro de la espiritualidad a la serie y la protagonista me recuerda mucho a Carolina sobre todo en la alegría que transmite, una energía muy pura.
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