AMOR INCONDICIONAL

En uno de mis diálogos con mi Dios interior tras unas jornadas terribles de formación que impartía en Cataluña resonaban las siguientes palabras dentro de mí:
Dios, no me gustaría hacer daño a nadie y tú lo sabes, ni siquiera puedo matar a un mosquito aunque sepa que me va a hacer daño por anticipado.
A veces Dios, entrego mi corazón, mi esencia más absoluta que es el AMOR PURO sin condiciones ni condicionamientos a aquellas personas que más lo necesitan pero sé, que no están preparadas para recibir tus palabras, tus vibraciones a través de mí. Y dentro de su estado mental, no dentro de su corazón buscan argumentaciones, explicaciones para poderse explicar mi comportamiento, pensando que son acciones que buscan una recompensa o que intentan lavarles el cerebro. Dios sabe que eso no es así, si no que, como espíritus inferiores que son, en su estado de consciencia, no están preparados para recibir tu luz, tu sabiduría, no son capaces de digerirla y la transforman en agresividad.
La experiencia de los años me ha enseñado a perdonar y amar a aquellos que tienen esta reacción por que sé que no es su alma quién realiza estas acciones si no que son los condicionamientos sociales y la negatividad que les envuelve la cual no saben gestionar.
He aprendido a perdonarlos y a no sentir ira ni rencor aunque como persona sensible que soy que duela en el corazón.
Es duro mirar a una persona que te está pidiendo ayuda y saber de antemano que te va hacer daño. Pero en mi interior sé que aquello que he dicho o que he hecho por ellos se guardará en su inconsciente y algún día resonará en su interior, cuando realmente estén preparados para asimilarlo.
Sólo le pido a Dios que nunca me quite las ganas de seguir ayudando a los demás.