Simplificando si estamos en la luz nuestra vida estará llena de energía positiva, lo más parecido al bienestar y si estamos en la oscuridad, no sólo sufriremos los malestares descritos al principio, si no que nuestra vida será un continuo valle de lagrimas. ¿De que depende que sea de una manera o de otra? DE NOSOSTROS, unicamente de nosostros, de que tengamos el valor de aceptar lo que nos sucede, de aceptar los problemas y conflictos personales que tenemos y de poner en práctica los consejos recibidos en forma de ejercicios de luz y nuestra intención en conocernos mejor y desembarazarnos del sometimiento a nuestra personalidad traumática.
Ver espíritus, tener experiencias esotéricas no es un juego, ni una aventura, ni un sacrificio que hacemos para ayudar a otros, es una etapa en nuestro desarrollo personal, y más importante que todo eso que pertenece al mundo de la forma, es el fondo que está en nuestro interior y sólo podremos encontrar a través de la espiritualidad, por muchos espíritus que podamos ayudar o muchos viajes astrales que hagamos.
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