Esta última noche ha sido de esas en que nuestro inconsciente
decide que debe ponernos ante nuestros conflictos y contradicciones, y cual
lavadora nos llevamos toda la noche removiéndolos de forma simbólica a través
de los sueños como una forma de liberarlos y hacernos más conscientes de ellos.
Como resultado me he levantado con la cabeza como un bombo, después de estar despertándome
y saltando de sueño en sueño a través de mi problemática personal, resulta irónico
que una persona muy querida para mí me deseara justo antes de acostarme que
tuviera dulces sueños. A decir verdad alguno dulce si tuve y voy a contároslo,
los demás los omito por entrar en el terreno de mi privacidad más profunda y
porque ya se me están olvidando.
Este fue muy curioso, encontré unos pajarillos muertos
cogí uno con cada mano, uno de ellos era completamente blanco con la cabeza
azul marino intenso, su cabeza bailaba inerte; al poco de tenerlo en la mano
noté como si se formara calor en su interior, tenía al pajarillo envuelto en mi
mano y sólo sobresalí su cabeza, me pareció que algo se movía en mi mano, al
poco noté como el pajarillo parecía cobrar vida, acerque mi mano a mi regazo y
envolviendo en calor al pajarillo me concentré en reanimarlo, al poco se movía
de nuevo, había vuelto a la vida, abría la mano y trepó por mi ropa hasta mi
hombro, en lugar de salir volando como yo esperaba y allí restregó su cabecita
contra mi mejilla; se quedó en mi hombro sin querer partir…
No hay comentarios:
Publicar un comentario