Cuando se resquebraje la coraza que envuelve tu corazón y
que has ido construyendo a lo largo de años como medida de protección, creerás erróneamente
que al fin podrás descansar. Sólo estás empezando a sentir y sentirás tus
heridas emocionales como si te las estuvieran haciendo de nuevo, será tu
oportunidad bucear en ellas buscando su origen o volver a construir una muralla
a su alrededor.
Serás valiente, pues es necesario serlo para afrontar el
dolor de vivir, y encontrarás en tu corazón un lugar oscuro, fuente de todo
dolor; ese lugar decorado por todas las heridas que has recibido desde el mismo
momento de tu concepción, está habitado por los fantasmas de los yos que
pudiste ser y no te atreviste a ser, además de por los espectros de tus vidas
errantes. Es la puerta que deberás traspasar para ser tú mismo, entrando en el túnel
del conocimiento.
Al final del mismo verás una luz, durante todo su
recorrido te acompañarán los conflictos sin resolver, las vidas no vividas y el
dolor de miles de eones encarnándote; creerás una y otra vez llegar a la luz y
pensarás que el sufrimiento te libera de la oscuridad y el dolor. Error
mayúsculo, interpretación neurótica de religiones que te hacen creer que el
sufrimiento es necesario.
Sólo encontrarás la paz trayendo la luz a ese rincón de
tu corazón, intentar llegar a ella a través del dolor sólo te encadenará aún
más al sufrimiento. Ese túnel no tiene final.
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