Carmen

Carmen es mi pareja, después de 22 años nuestra relación esta pasando por una travesía del desierto, un trago necesario para que los dos podamos crecer.

Durante este último año me ha dicho demasiadas veces que lo nuestro se había acabado.

Es duro llevarse 20 años con una persona, dependiendo la una de la otra, y que esta de pronto comience a cambiar, eso exige un nuevo equilibrio y la fuerza de la costumbre es un gran lastre.

"Quiero que todo sea como antes, tienes una comedera de coco, te preocupas más por otros que por nosotros", son frases muy repetidas.

Y está nuestro karma actuando inconscientemente sobre nosotros.

En definitiva lo que hay es celos y gran resistencia a que yo sea más libre. Mientras me callo e intento capear el temporal, aunque meto la pata muchas veces. En el fondo tengo razón pero me equivoco mucho en las formas.

Mientras intento reorientar mi vida, tropiezo una y otra vez con la misma piedra, y reconozco que me estoy cansando, sobre todo de consentir cosas que no tienen sentido.

Y mientras aprendo a vivir el desapego, entiendo que con su actitud me esta ayudando, y aunque no puedo dejar de quererla, comprendo que nuestra relación tiene que cimentarse sobre otros principios o no tendrá sentido.

Como me dijeron en una sanación: "Hasta la piedra más dura se puede romper".