El domingo una amiga me comentaba, como una persona que ha empezado a trabajar con nosotros se encontraba bastante mal, estaba bastante atormentada por algún o algunos espíritus oscuros.
Y yo le comente lo masoquista que somos los humanos, como nos resistimos a cambiar y solo el sufrimiento nos obliga a evolucionar. Y puse mi ejemplo con mi hija Sara, yo no habría empezado a trabajar con los espíritus perdidos ni con los oscuros, estos últimos en los que estoy ahora centrados, si Sara no hubiera convertida nuestra vida en un tormento por su gran capacidad de médium que al ser un bebe no podía manejar.
Esta amiga que lo esta pasando mal tiene también una gran capacidad de médium y aunque la hemos enseñado a trabajar con los espíritus que la molestan, y ella ha comenzado con muy buenos resultados, el ritmo parece que no es el esperado y no cesan de enviarles "morlancos" cada vez mas fuertes. Tendrá que dar un paso que no se decide a dar. Como nos dijeron en una sanación en grupo: "Antes de nacer nos comprometemos a un plan de vida, a realizar determinadas cosas. Después de nacer conforme vamos creciendo, vamos olvidando aquello a lo que nos habíamos comprometidos". Y la vida tiene que recordarnoslo.
Y aunque a uno le sale del cuerpo ir corriendo a ofrecerle nuestra ayuda, entiendo que debemos tener un poco de compasión. Más cuando ella no quiere pedir esa ayuda.
Y la visión de Carolina me ha recordada como esto también sucede a nivel colectivo y como la humanidad solo evoluciona después de grandes sufrimientos.
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