En el trabajo espiritual se suelen distinguir dos vías de trabajo que no son excluyentes, la del estudio y la de la práctica.
La vía del estudio, la intelectual o vía seca, es una vía estéril que solo produce comprensión intelectual. Puede servir para motivar pero no para aumentar nuestro nivel de conciencia. La Teología, el estudio de Dios, es un claro ejemplo de esto. No podemos estudiar, analizar algo que solo podemos experimentar en nuestro interior, algo que solo podemos sentir y expresar más allá de nuestra mente racional. La experiencia de Dios, del amor universal no puede reducirse a un concepto, por eso Dios es innombrable, incomprensible e inabarcable.
La vía húmeda, la de la práctica, la experiencia, es la única que puede desarrollarnos espiritualmente, la única que puede aumentar nuestro nivel de conciencia, la única que puede llevarnos a la experiencia del despertar, a la unidad, que no es un concepto sino una experiencia.
Pero esto solo vale para el trabajo espiritual, para el resto de las facetas de la vida, de nuestras tareas, es necesario estudiar.
Así que no nos queda más remedio que aplicarnos Carolina.
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